domingo, 28 de diciembre de 2014

MI GUERRA CIVIL

En el sueño no consigo calmar ese angustioso tirón que derrota mis defensas cada vez que su sabor de miel sólida y vinagre de manzana, su aroma agreste y el tacto eléctrico de su piel prohibida, o la lluvia estival de esa voz rasgada y cálida, se me vienen a la cabeza y me llenan el corazón de sensaciones (sudor fruto de la madreperla, tensión pujante y perfecta relajación, ritmo exacto de poderosa fragua, mientras el camino al Paraíso sube y se estira recreándose delante nuestro, y el Universo se curva dolorosamente en sus caderas perfectas). 
Cada pocos minutos, día a día semana a semana, durante mucho, mucho tiempo.
Puede que hoy haya una pequeña tregua, pero esto es una guerra civil, un mano a mano rojo y mortal de yo contra yo mismo, mi dignidad resistiendo apenas en un bando, un poco altiva todavía, pero desangrándose, maltrecha y casi condenada. Lo que no me reconozca me será negado por casi todos, y yo practico la estricta disciplina anti-plagas del corazón: sirena desgarra almas, no dirigirme a ella, manifestarle así mi saludable obsesión, mi ardorosa indiferencia, el enamorado desapego con que me marcho aguardándola. En el otro bando el deseo, el sentimiento y la emoción, animales y ciegos, puede que indiscriminados, batido de hormonas y neurotransmisores que aúllan, anudados, prietos, aceitados, confusos, río inflamado por este monzón de invierno.
Y en medio del inmenso campo la última esperanza: la magia. Está ahí y ambos somos intensamente conscientes de ello. Puede cambiarlo todo. Va a cambiarlo todo.
Mientras tanto amablemente nos ignoramos.

viernes, 26 de diciembre de 2014

TODO ES PERFECTO

Elena tiene 41 años y la tez aceitunada de rasgos finos. Su marido es "un parado de larga duración" carpintero sin carpintería, ni martillo ni hoz. Dos hijos pequeños que "comen de lo que hay, naranjas, pues naranjas", y un perrito juguetón cn el hociquillo manchado de blanco que rescataron de un contenedor. Elena cuida a mi padre, lo levanta por las mañanas, le ayuda a asearse y lo viste, le da el desayuno y se lo lleva a caminar a su pasito quedo. Luego cuando vuelven, mi madre, además del dinero, siempre le tiene algo preparado, unos bollos, un par de calcetines pequeños o unos lápices de colores. 
Elena no hace el menor amago de rechazo, y tras abrazar a su patrona aprieta contra el pecho el regalo. "Es usted muy buena, Toñi", dice cn la mirada brillante antes de girarse y salir del pequeño recibidor. Mi madre cierra la puerta, nos miramos, "es una bellísima persona" musita, yo asiento levemente, y en mi corazón hay un poquito más de luz y amor.
Para Elena, la triste enfermedad mental de mi padre ha resultado ser una bendición.


jueves, 25 de diciembre de 2014

NAVIDAD

Quizás esta noche debería arrastrar una cierta frustración por mis historias terminadas, inacabadas, o no empezadas, por mis sueños bohemios fracturados en múltiples esquirlas tiradas a ninguna parte, por mi exceso de pragmatismo que me cubre de cenizas el alma, por los noes a alzar el vuelo amedrantado de tristes esferas llenas de nada. ¿Quizás DEBERÍA GRITAR por mi soledad, a medias elegida, en esta noche bella? Por no haber sabido hilvanar con tu danza y mi danza arabescos en la piel sensible de una existencia transida de brumas y desconcierto. A ratos aletean con espanto las mariposas de mi dulzura, se golpean contra el invisible cristal de la nada y el desaliento: porque no te siento, porque no te llego, porque no vibran las cuerdas de mi alma con la sinfonía estremecedora de la vida, y lo deseo tanto …

Y cuando me estoy hundiendo en mis paradojas recuerdo a mis amig@s, y de entre tod@s especialmente a l@s que desde la arrebatadora belleza de vuestra sinceridad me habéis escogido a mí para abrir vuestro corazón en momento difíciles. ¿Cómo es posible que seres tan maravillosos, cada uno de los cuales serviría de excusa suficiente para volver a crear este Universo, se duelan, se sientan perdidos, confusos y tristes, cada uno de estos ángeles amorosos y completos, a los que a menudo veo repartiendo alegría, luz y dulzura en torno suyo, a los que admiro y amo profundamente? Todavía no he encontrado respuesta, pero lo conseguiré antes que después. Mientras tanto, vamos ahí, hombro con hombro, herman@s, alcemos la bandera de nuestra lucha incruenta. Todos necesitamos un tiempo para nosotros, pero no reprimamos nuestra precioso impulso de amar el profundo océano de pasión que se amansa tras los ojos de nuestros semejantes. Sabemos como sanar nuestros corazones rotos, las plantas no crecen en la oscuridad y la estrechez, necesitan de la luz que nos baña sin hacer distinciones y del aire puro y libre que nos rodea a todos por igual. Herman@s del alma, vuestra preciosa vulnerabilidad es como una lluvia cálida y bendita que cala hasta las raíces de mi ser fertilizando tiernamente mi amor.
Brindo por nosotros en esta noche, y en todas las bellas noches que me estremecen el alma de dicha inacabada.

miércoles, 17 de diciembre de 2014

EL TIEMPO, UN FUEGUECILLO JUGUETON

No sé si a vosotros os ocurre: historias de tu vida que cuando estaban pasando te parecían el no va más de importantes, de emocionantes, creías que te iba la felicidad en ellas, y sin embargo, pasados los meses, ni acordarte. Y por el contrario otras, chiquitas, humildes, que entonces casi pasaron desapercibidas, y que luego se han ido convirtiendo, pasito a pasito, en pilares del templo de tu memoria.
Y es que el tiempo es como un fueguecillo juguetón, que a veces te achicharra los recuerdos, y otras los va cociendo despacito, con cariño y paciencia, cocinando un guisito de esos sabrosones que el día menos pensado te encuentras servido, con el esmero de un banquete nupcial, en la mesa de gala de tu existencia.

martes, 9 de diciembre de 2014

ATRAPADO EN UN BLACKHOLE

Hoy no soy el mismo de ayer. Siempre ocurre pero hoy más. Me queman las manos anudadas en torno a ese hilo de sangre roja, y los labios rojos, y el corazón de amapola, y me siento como un objeto estelar pequeñito que ha visto atrapada su órbita, libre y vagabunda, por una intolerable singularidad cósmica que no deja escapar nada, ni siquiera la luz que brilla en nuestras miradas. Y como yo no soy más que ese nada, sé que pronto atravesaré el horizonte de sucesos de los fotones cautivos, que no habrá posibilidad de volver atrás, que me hundiré en esta negación del espacio-tiempo, en caída libre hacia esa proyección de ti que está dentro de mí, hasta la completa aniquilación, hasta la fusión total.

DEMASIADO RESPETO A LOS DANZANTES

A veces tengo la exacta certeza de que no me incorporo a la danza por excesivo respeto a los danzantes, con lo que al final soy yo el que me respeto insuficientemente. No se trata de algún tipo de abnegación absurda, sino simplemente del resultado de una compasión inmediata y poco meditada: siento que a mí no me gustaría que algún otro hiciese lo que yo rabio por hacer pero al fin no me permito. Pero luego, cabizbajo y pensativo, entre mis cenizas y mis oscuridades, me remonto más atrás y más arriba en la nube ascendente de los deseos, de los por qués, de las razones no manifestadas, de los arrebatos de entraña, y acierto a llegar a la conclusión de que nadie tiene derecho a pedir a ningún otro que no entre en “su” salón de baile, porque la fiesta de la vida está abierta a todos los vivientes, y que lo contrario no es en modo alguno amor, sino simplemente posesividad mal entendida, posesividad de lo que nunca podremos poseer, que es el corazón y el alma de otra persona.

miércoles, 26 de noviembre de 2014

DIAS DUROS

Llevo unos días duros. Como comentaba antes con mi querida amiga Irene, es que tengo varios frentes abiertos a la vez, y es cierto, el otoño se ha empeñado en poner mi vida patas arriba, y lo está consiguiendo de corrido, por goleada. Así que hay momentos que me inunda la tentación de tirar la toalla, o, al menos, de decir que la voy a tirar, aunque no tenga huevos ni para soltarla un poquito. Y se me cierra el famoso nudo ése del estómago, y un puño fiero me aprieta el corazón y me veo cansado, solitario, camino de la ruina, apagado, triste, sin posibilidad de expresarme como desearía, de moverme donde me gustaría, de hacer lo que creo que querría, atendiendo sólo a las emergencias, poniendo parches, a veces sobre otros parches, para poder seguir tirando, medio renqueando por la vida. Mis sueños son de luz y vitalidad y dicha y paz y belleza, pero mi realidad me parece a veces, y estos días un poquito más, el reverso tenebroso de todo eso.
Pero desde luego no quiero quedarme en esa sensación, por mucho que el papel de víctima me pudiera resultar atractivo por su posible capacidad de atraer apenados cariñitos. Así que quiero tragarme lo que me toque tragar hasta el fondo, y brindar mi pequeño dolor a todos los que de verdad sufren en este precioso y crudo mundo. Y agradezco con toda mi alma al Universo que me ofrezca la posibilidad de acercarme un poquito a los que todo lo han perdido, o no han perdido nada porque nunca lo tuvieron, a los que sólo han recibido reveses y dolor y de verdad viven en la soledad, o en la miseria, o víctimas de la enfermedad, la injusticia, la opresión. Hay muchísimos hermanitos así en esta bendita Tierra, y reconozco el regalo que es que la vida me ayude a ser más sensible ante su realidad. O al menos eso quiero de todo corazón: reconocerlo.

domingo, 23 de noviembre de 2014

AMAR DE VERDAD A UNA MUJER

Dicen por ahí (y me lo ha puesto mi amiga Olga en el muro) que amar "de verdad" a una mujer tiene que ser una tarea fascinante, llena de promesas y de futuro, de encanto, de alicientes como de búsqueda del gran tesoro en una isla maravillosa. Sin embargo, existe un pequeño inconveniente, y es que no venís con manual de instrucciones. Hay quien lo busca en Internet, lo han buscado en librerías, nuevas y de viejo, incluso en la Fnac, pero parece que todavía nadie lo ha encontrado, y francamente, así, sin guía ni orientación, es complicado complicado. No obstante yo prometo no dejar de intentarlo, supongo que algún día de verdad lo conseguiré. Wow tiene que ser algo muy grande.
Pd.: me han dicho que busque en mi corazón, aunque para eso primero me tengo que encontrar yo mismo, que es que hace un tiempo que me aventuré a entrar aquí, donde late, y tengo un lío...

sábado, 8 de noviembre de 2014

GUERRERO DE LA LUZ

No hay posibilidad de negociación si quieres que tu vida sea genuina. O lo das todo, sin contabilidades, sin truquitos interesados y en el fondo miserables, o  no vas nunca a disfrutar de las satisfacciones profundas  d un guerrero de la luz y el amor. No hay porcentajes, ni bonificaciones, ni calorcito que valga. Esto es así, o todo o nada.
Depende sólo d ti mismo. Así q tú sabrás q haces.


miércoles, 29 de octubre de 2014

LA VIDA ES FÁCIL

Por más que nos empeñemos en hacer de la vida algo grandilocuente, terriblemente trágico, complejo como un manifiesto filosófico o decididamente amargo, ella nos devuelve maravillosa simplicidad, luz cada día, plantas y nubes de colores, aves que cantan sin importarles nada un pepino, y loca alegría en las voces de los chiquillos jugando en los patios.  Llueve irreverencia y ligereza por todas partes, y trae un decidido regustillo a disparate que cada vez me pone más.
(Cuando enciendes esa chispa en tus ojos el diablo se me cuela a chorros por las rendijas)


martes, 21 de octubre de 2014

SPEEDKING

Hay veces que siento la urgencia en mis venas,
me empuja, me tira, me arroja hacia delante,
para dejar atrás tanta tara inútil,
imposiciones oscuras que lastran mi vuelo,
y ser un rey de la velocidad,
jajajajajajajaja.
No te esperaré si no caminas, no esperaré a nadie,
romperé las cercas de este mundo domesticado,
y saldré al sitio del miedo salvaje,
golpeándome y cayendo y arrastrándome, pero rasgando el velo,
dalo por hecho porque no, NO VOY A PARAR.


¿ Es que no veis que nos tienen por estúpidos ?
Normas y normas, tu anulación, nuestra alienación, esclavitud,
esperan que no levantemos un dedo,
que asumamos sus prohibiciones, sus valores y sacralidades,
vida plana, tierra yerma, corazón seco, NOOOOOOOOO.
Hay un fuego de intensidad plasmática en mi cerebro,
y voy a prender con él esa hoguera que tanto temen.

sábado, 18 de octubre de 2014

OVEJITAS BUENAS

A veces me pongo a escribir y me parece  que trasciendo todo lo terrenal y como que me elevo magníficamente hacia el limbo y más allá, pero entonces, sin esperarlo, me secuestra el recuerdo de tu boca de gata que salta entre risa y risa, te huelo y siento el tacto denso de tu piel y el temblor de tus músculos bajo la presión de mis manos que buscan el límite, y tu energía de mujer me ciñe como un traje de fuego. Ahí es cuando mis emociones, que iban de ovejitas buenas, rompen el cercado de lo que es decente, y saltando como lo que no parecen ser,  van perdiendo sus tiernas zamarras lanudas y descubriendo el brillo hambriento de unos ojos lobunos que no van a tener descanso hasta que este particular combate entre tú y yo deje de ser solamente en vertical.

viernes, 17 de octubre de 2014

DE NUESTRA RESISTENCIA AL CAMBIO

Sin el cambio no hay vida. Sin la mutación, variación, evolución, todo permanecería igual, y la única forma de que algo permanezca igual es que esté muerto. El cambio es la esencia del equilibrio natural, que siempre es dinámico, al cambiar los sistemas se renuevan, aprenden de sí mismos y de su entorno y desarrollan nuevas habilidades y capacidades, siendo capaces de sobreponerse a las dificultades y triunfar frente a situaciones que amenazaban su integridad.
Sin embargo, es bastante habitual que los seres humanos nos resistamos ferozmente a cambiar. Podríamos citar diversos motivos, pero todos se resumen en uno: el miedo. Pavor a salir de nuestra zona de confort, a la pérdida de lo que "tenemos" y "conocemos" (aunque estas posesiones y conocimientos nos estén fastidiando ampliamente la vida).
Cuando la existencia nos está pidiendo a gritos que cambiemos y nosotros seguimos paralizados de miedo es inevitable sentir sensaciones duras, desorientación, opresión, confusión, dolor, rabia, bloqueo. El sufrimiento puede ser lacerante y casi insoportable. Ante esa situación, muchos de nosotros intentamos razonar, aplicar la mente, entender qué nos está pasando. La mente en estos casos suele adoptar el papel de conservadora-del-estado-actual. Nos devanamos el cerebro probando a explicar lo que nos ocurre en términos de causas y efectos, motivos y contramotivos, deberes y obligaciones, bondades y maldades. En un intento de autoanálisis frenético pretendemos buscar justificaciones, comprender qué nos ocurre, pero casi siempre usando para ello solamente la razón pura y evitando cuidadosamente emplear otras herramientas como la intuición, el tierno y amoroso entendimiento intuitivo hacia nosotros mismos, el camino del corazón. Supongo que la causa de esta actitud procede del ego enfermo. Éste, en lugar de asumir su papel de continente emocional y de maravilloso embajador de nuestro contenido emocional cuando nos relacionamos con otros seres, se inflama y asume un rol que no le corresponde, el de centro de nuestro ser. Y desde luego, lo último que desea es el cambio, porque sabe que en ese cambio se juega ese cargo de falso rey, y que después de destronarlo lo vamos someter a una severa dieta de adelgazamiento para dejarlo en su sitio, del que nunca debería haber salido. Así que ocurre que la mayoría de las veces este camino de aplicar la mente no lleva a ninguna parte. Porque no hay nada que entender. 

La mente es incapaz, por sí sola, de captar la infinita complejidad de nuestro ser. La mente es un servidor doméstico no el Ser Supremo que nos habita. La mente organiza, clasifica, etiqueta ...pero eso no sirve en este caso. Por eso las razones de nuestro malestar son incomprensibles, y nuestra razón, por sí sola, no entiende nada. 

La receta es sencilla de enunciar, aunque me consta que no es tan fácil de llevar a la práctica: SIÉNTETE, sólo siéntente, sin intentar analizarte, o juzgarte, o culparte, o culpar a las circunstancias, o a quienes te rodean. Pero conseguir sentirnos no está tirado precisamente. Entre otras cosas porque muchos hemos llevado media vida sin sentirnos, sin escucharnos, sin amarnos, sin tomar nota de lo que de verdad expresamos y queremos, sin entender el pálpito de nuestro corazón, el camino de libertad que desea para nosotros nuestra alma. Los "músculos del sentir" los tenemos atrofiados, sin posibilidad de respuesta. Sabemos que nos duele, pero somos incapaces de reaccionar. Pero no es tan difícil, lo esencial es vivenciar, dar camino a la integración de las emociones, conectar cuerpo, alma y espíritu en un todo continuo y armónico. Hay muchas actividades que van a favorecer esa capacidad dormida. Podemos meditar, hacer yoga, biodanza, tai-chí, asistir a talleres de crecimiento personal, acudir a la consulta del psicólogo y de otros tipos de terapeutas, y un largo etcétera de actividades que van a ayudarnos a reflotar la nave hundida de nuestra autoescucha e intuición.
Y mientras no nos decidimos, recuerda: a veces necesitamos sufrir, sentir rabia, desesperación, ver la locura llamando a la puerta. Se trata de nuestro corazón acumulando motivos, motivos para cambiar, motivos para saltar, motivos para volar. En nuestras manos está que esa acumulación no llegue a aplastarnos.
Buenas noches, corazones.

martes, 14 de octubre de 2014

VULNERABILIDAD

La vida es simple y compleja a la vez, parece ser, pero a los que ansiamos tocar el entendimiento, bañarnos en la bondad, y no sólo en esos círculos tan lindos que montamos por ahí de vez en cuando, donde todos somos cariñosos y sinceros y ofrecemos nuestra vulnerabilidad plenos de confianza en el otro, sino transladándolo también al cruel world de todos los días, amar verdadera e intensamente con un corazón amante y amable (es decir digno y merecedor de ser amado verdadera e intensamente), conectarnos a la Pachamama y sentir los flujos de la vida en nuestras corrientes internas, volar con las aves por los espacios abiertos de la libertad y trazar nuestro propio rumbo dejando atrás la zonita de confort, a nosotros los dispuestos a arrimar el hombro por mejorar nuestra humanidad, lo que hay de habitual, el trabajito, pagar el alquiler o la hipoteca, la parejita más o menos convencional, los hijos y sus pequeños o no tan pequeños problemas, los padres con sus achaques, sus locuras, y sus penitas, las tiernas bajezas de esta vidita nuestra, los gases y los granitos en donde menos mola...pues como que nos tiran un poquito de lo que parece basurilla en la bonita idea esa que se nos hace a veces sobre lo que querríamos que fuera.

Pero eso es así, paprendé, seguramente. ¿No crees?
Aunque no me resigno, me gustaría estar ahí a tu lado, en nuestra casa de amarnos, y poder hablar mirándote a los ojos, me gustaría poder estar con todos mis hermosos amigos, y montar círculos de amor, y de cultura, y de belleza del alma, y danzar con vosotros, con el alma ligera, la mente limpia, las piernas ágiles y el corazón caliente.
Así que te ofrezco mi vulnerabilidad, porque de otra forma no hay belleza, y digo, te quiero alma bella, ya que así es como la tienes, aunque tú puede que todavía no lo sepas.

sábado, 11 de octubre de 2014

MI SEGUNDO

No quiero ser como polvo arrastrado por el viento caliente,
como cenizas secas derramadas en un páramo gris,
absurdas vidas ordenadas, sangradas, anestesiadas,
fantasmas, patéticos despojos,
sin norte, sin tirón en las tripas,
apagados, controlados, autómatas,
desnortados, hastiados, desapasionados.
Tengo uñas y dientes para romper y rasgar este telón sucio,
y antes de saltar al vacío me miraré las manos,
y sentiré el afán de los hombres brotando en mis entrañas,
la vida a borbotones y los colores brillantes,
y el horizonte rasgándose en el silencio puro,
y entonces, aunque sólo dure un segundo, éste será mío.


martes, 7 de octubre de 2014

CUANDO DELIRO

La canción tenue de la noche estival reptaba por entre las rendijas de la celosía de madera, olía a nubes perezosas y mi pie, sedicioso y noctívago, había decidido saltarse todos los controles y citarse con tu pantorrilla bajo el dosel liviano de nuestra sábana más querida. Tú leías algo con atención de niña aplicada, niña con lencería de cortesana y piel de melocotón. No había suficiente amor en el océano mundo para el que yo quería ofrecerte. Atesoraba tus momentos en mis pupilas, tu olor de fruta madura y especias exóticas se me colaba por las grietas del cerebro abrasándome de ganas  y el pálpito delicioso de tu piel se enroscaba en las yemas ansiosas de mis dedos...
Pero al fin me calmo, pliego mis alas de papel de seda, es la mente que gana este juego inclemente, y pegadito a la tierra cambio amor por delirio,  y te siento muy lejos, un enorme vacío. Y aflora en mi pecho la certeza candente de que quiero renunciar y terminar aquí mismo, acabar con lo que todavía no ha empezado, mis sueños nonatos, mis temores absurdos, me derrito de dudas y abrazado a un madero húmedo voy dando tumbos, mientras me arrastra la corriente de una vida insensible a mis deseos, y me hundo, abdico de todo, de la ilusión, de la intuición, de las lágrimas derramadas y de los delirios profundos. 


Aunque sé que mañana me mirarás, inocente o cruel quizás nunca lo sabré, pero como una llamarada devoradora del espacio y el tiempo será ese brillo conocido en tus ojos, alguien lo ha llamado la llave para reconocer a tu otra-parte, quizás increíble, quizás tan cierto como el final que nos espera, da igual, porque yo te reconozco así, cada vez, cuando tus labios se curvan apenas, y esa solidez hecha de nieve recién caída aparece tras ellos. ¿Cómo es posible que los tengas tan blancos? Y como una revelación sagrada recordaré ese paraíso carnoso y húmedo que me ha esclavizado con tan sólo tres pequeñas dosis de locura,
Y decidiré aguantar otra eternidad, clandestino, esperando tal vez que la canción tenue de esa perfecta noche estival repte por fin entre las rendijas de la celosía de madera.
Miguel

lunes, 6 de octubre de 2014

PEELING EMOCIONAL

Últimamente tengo serias dificultades para saber si lo que me está aplicando el Universo es un peeling emocional, del que voy a salir renovadito y en condiciones para abrazar virginalmente al mundo nuevo, o un cruel despelleje en toda regla que se me está llevando por delante no sólo emociones más o menos tóxicas, apegos y delirios varios, sino auténticos pedazos de mi corazón que hasta la fecha, creía yo, estaban todos en ferpecto estado de funcionamiento.

sábado, 4 de octubre de 2014

VERBO

Y entonces le dije a Dios: Madre-Padre, por qué no me concedes esto que te pido. Y ella-él me contestó: Miguel, hijo mío, no hay nada que yo pueda hacer, pero todo es posible. En el no tiempo y no espacio, cuando creé lo que tú llamas Universo, dispuse que yo no volvería a intervenir directamente en él hasta el fin de los tiempos, pero que todo en este Cosmos, desde el giro imponente de las espirales galácticas, hasta el infinitesimal salto de órbita de la más humilde de las partículas subatómicas, todo, estaría regido por mis ejércitos celestiales. Que a éstos los llames ángeles o los describas como ecuaciones y leyes físicas, me es indiferente, poesía o prosa, siempre es mi verbo, que está impreso en todo, incluyéndote a ti mismo. Aprende a escucharlo y todo te será concedido, pues siendo que tanto vosotros, como todos mis otros amados hijos, no sois sino yo mismo que se expresa en criatura encarnada, os he dado la mente y el corazón para que el Creador se conozca a sí mismo desde el lado de lo creado. Ése es tu cometido en tus vidas, y la piedra angular que cierra el círculo sagrado.

Buenas noches.


miércoles, 24 de septiembre de 2014

LA TIERRA ES MUJER

(o por qué, sin integrar Yan y Yin dentro de cada ser no hay amor posible entre hombres y mujeres)

 Este largo texto lo dedico en principio a las mujeres y hombres que están en el camino del crecimiento personal, aunque lamentablemente los destinatarios naturales serían l@s otr@s, los que todavía duermen. Sé que alguno se va a mosquear por el contenido, pero bueno, que se lo mire. Un abrazo enorme, herman@s, y disculpad por la extensión, es que tratar un tema tan importante en dos palabras me parece un desprecio a esa trascendencia. Espero que alguien quiera leérselo.

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 El otro día iba escuchando con unas amigas un audio libro que se llama algo así como “Los hombres son de Marte y las mujeres de Venus”. No sé si lo conocéis, parece que tiene bastante seguidores por esos mundos de Dios. Alguna de ellas decía que “cuántos problemas se habrían evitado en sus relaciones con los hombres si hubiesen leído/oído el libro antes”. Creo que es posible que el libro refleje una situación habitual en el mundo “real”, la del hombre patriarcal, elemento de acción, altivo y no-emocional, que llega incluso a la agresividad, que es incapaz de integrar su parte Yin (sensible sería para él la palabra prohibida), y la de la mujer sumisa y dulce, que prefiere enredarse en chácharas inocuas a actuar, no-asertiva, y que desconoce totalmente que dentro de ella misma hay una poderosa parte Yan que está ahí esperando para ser integrada por su propietaria. Mis amigas decían que sí, que la mayoría de sus ex-parejas respondían a la perfección a la tipología del oso orgulloso que cuando se siente triste o tiene problemas se refugia en su cueva (o en el bar más próximo), que no sabe escuchar a las mujeres sin proponer una solución inmediata y escandalizarse de que no se lleve a la práctica ya, que necesita que su confianza (“autoridad” leo yo) no sea nunca menoscabada por el elemento femenino, que es incapaz de emocionarse (los hombres no lloran) o al menos de exponer sus emociones, etc. Yo les pregunté que cuándo se había escrito aquello, que parecía un manual de la familia típica americana de comienzos de los sesenta. Pero no, resulta que es del año 2000.
 Pues bien, es cierto que hay muchos hombres que adoptan una actitud similar a la que se recoge en el libro, pero a mi juicio también lo es que dicha actitud no es en modo alguno ideal y que a ellos les hace perderse una parte de la vida muy especial (creo de corazón que la más valiosa), que es la parte de las emociones tiernas, de las relaciones de corazón, de la empatía, el cariño, la dulzura, la fecundidad y los ciclos naturales. Parece un poco traición que lo diga yo, que soy hombre, pero no, es constatar una realidad. En mi historia personal aparecen una madre y una hermana, dos hijas, una ex-mujer madre de éstas, una maravillosa ex-compañera de largo recorrido, varias ex de relaciones más cortas y muchas amigas con alguna de las cuales mantengo preciosas relaciones de amistad muy profunda y sincera. A casi todas las veo como unas magníficas guerreras del amor y la emoción. También disfruto de la compañía de muy buenos amigos. Unos pocos de ellos son camaradas de media vida. Compartimos mucho, pero normalmente es del corazón para afuera, pues casi sólo con alguno de los que están en el camino del crecimiento personal he podido traspasar la barrera invisible que en el campo emocional nos separa a los machos. A la mayoría de estos últimos, los del camino, desde luego no los incluyo en la categoría de los que no tienen integrada su parte Yin, pero a muchos de todos los demás, incluso aquellos más educados y cultos, que en principio no aparentan en absoluto tener ninguna vis machista, es a los que veo (es mi opinión) que se pierden de la misa la mitad, o más, por esa aversión atávica que tienen a mostrar su sensibilidad y su vulnerabilidad. Y me llega a alucinar cuanto de misoginia puede haber en las conversaciones "privadas" entre hombres. He de confesar que para ellos yo también soy de esta categoría, porque cuando estoy entre este tipo de personas me comporto exactamente igual, es decir como un Yan-Yan duro y un poco misógino. Es una decisión que tomé hace ya tiempo al ver lo que se divertían (y lo poco que entendían) cuando les compartía algo del tipo Yan-Yin.

 Dice Stephen Vizinczey en su hermoso libro “En brazos de la mujer madura” (lo de madura hay que entenderlo desde el punto de vista del protagonista adolescente) que las mujeres querrán a los hombres lo mismo que los hombres quieran a las mujeres, y que bendita sea la generosidad en el querer.  No obstante, lamentablemente el problema entre esos hombres no-sensibles y esas mujeres no-asertivas es que están en mundos diferentes (no ves, eso ya lo dice el libro de Marte y Venus), pero por mucho que hagan nunca se van a poner de acuerdo, ni a amar de verdad. Por mucho que se toleren, que transijan, que entiendan cómo va el otro sexo, que digan que se quieren, MIENTRAS NO INTEGREN SU OTRA PARTE NO HAY NADA QUE HACER EN EL AMOR VERDADERO. Esto para mí no es una teoría, ni lo he sacado de lecturas o audiolibros, o consultas de la Web, sino que lo voy experimentando en mi vida personal y viendo a otras personas cercanas que asimismo van poco a poco poniéndolo en práctica (o que no pueden amarse porque no se deciden a integrar su otra parte).
 Los hombres Yan-Yan no pueden amar de verdad a las mujeres, y de ellas, cuando hablan con otros hombres, dicen que son seres caóticos, rayanos en la locura, a los que no se puede dejar decidir nada razonablemente, en los que no se puede confiar porque ni ellas mismas se entienden, que sirven poco más que para decorar (o mantener) el hogar, o calentar la cama, o criar, o echar un polvo y a otra cosa. Y no estoy hablando de relaciones esporádicas, sino de todo tipo de parejas, incluyendo las de toda la vida. Es evidente que luego, en las relaciones del día a día con su pareja, estos mismos hombres pueden actuar como ovejitas amables, o incluso como niños (esto es muy habitual y es una amarga queja de muchas mujeres que quieren compartir su vida con compañeros maduros no con eternos adolescentes) pero lo harán porque desgraciadamente para ellos en el campo de las emociones están más pez que un chimpancé en álgebra de Boole.
 Para las mujeres Yin-Yin los hombres son medio idiotas, incapaces de hacer dos cosas a la vez, unos degenerados, unos sinvergüenzas sin palabra en los que no se puede confiar, que sólo las buscan para el sexo, sin un dedo de profundidad emocional, incapaces de comprenderlas, ni de seguirlas ni un paso en el mundo de su complejidad emocional. También en el día a día estas mujeres idolatrarán, al menos al comienzo de una relación, a éste o aquel hombre, del que les gustará especialmente que las hace reír, o que está muy bueno o es muy guapo. Claro que la gracia y el tipo son dos características que estos compañeros suelen perder cierto tiempo después de entablar una relación un poco seria, tiempo más corto cuanto menos profunda es la relación, y la relación entre un hombre y una mujer sólo será profunda si la parte Yin de él puede contactar con ella y si la parte Yan de ella se enlaza con él (el viceversa lo doy x hecho).

 Por problemas culturales y educativos (homofobia masculina principalmente), es mucho más habitual el hombre Yan-Yan que la mujer Yin-Yin. De hecho, en el mundo actual las mujeres estáis integrando a marchas forzadas vuestro aspecto Yan, porque la vida os lo exige así (o parece hacerlo) si queréis desenvolveros con normalidad en esferas tan normales como la educativa o la profesional. Pero los hombres mientras tanto no nos enteramos mucho, limitándonos al deporte (normalmente verlo más que practicarlo), comer, sexo, competir con otros hombres y a “déjame tranquilo”. Personalmente siento que, como género, los hombres estamos perdiendo la incruenta lucha de la completitud Yan-Yin y que las mujeres nos estáis ya mismo ganando por tremenda goleada. Las mujeres sois seres complejos sí, pero por ellos ricos, profundos, fértiles, y cada vez más sabios. Nosotros en general seguimos en el mismo sitio, simples, lineales, con profundidad de un dedito, o dos en casos especiales. Esto, que quizás a algunos les parezca una exageración, se constata fácilmente dándose una vuelta por cualquiera de los innumerables talleres de crecimiento personal que están por ahí disponibles para todos (yoga, meditación, biodanza, bioenergética, reiki, tantra, psicología positiva …)  y comprobando la relación numérica mujer/hombre. Yo la tengo calculada, grosso modo, y viene a ser de entre 3 a 6 mujeres por cada hombre. Ahora vete a un evento deportivo, o a una sala de musculación y calcula. 


 Termino aludiendo ya directamente a mi experiencia personal con las mujeres más cercanas a mi vida. He de decir que me siento profundamente agradecido de todo lo que estoy compartiendo y aprendiendo de vosotras, de vuestra sabiduría ancestral de hembra, de vuestra madurez de dadoras de vida, de vuestros hermosísimos aspectos cíclicos, manifestación perfecta del ritmo de la vida en los diferentes planos de los que como seres humanos estamos compuestos, aspectos éstos que habitualmente confunden a los hombres que no entienden de ciclos ni lunas, agradecido de ser testigo de vuestra complicada lucha por el reconocimiento de la valía de vuestra parte Yin y del equilibrio con el componente Yan que os habita, de la batalla que mantenéis con el sentimiento de culpa, particularmente en temas relacionados con el sexo, culpa que siglos de dominación patriarcal ha terminado inyectando en todas vuestras células, de vuestra capacidad de daros, de amar, de ser fértiles y profundas, de aguantar el tipo en situaciones durísimas, de vuestro interés por crecer, por ser mejores, más completas y ricas en los aspectos que de verdad importan en la vida, que son los que no tienen precio pero sí un inmenso valor.
 Y a vosotros hermanos de género, no a todos por supuesto, pero sí a una mayoría considerable, a ver si nos vamos enterando del hermoso e importantísimo papel que un hombre completo está llamado a desempeñar en esta existencia, si nos espabilamos y aprendemos de la riqueza de nuestras hermanitas, y de paso comenzamos a amarlas de verdad, porque nos estamos perdiendo un mundo por seguir ahí dale que dale en el “yo no soy sensible que eso es de gays (lo traigo aquí con todo el respeto y cariño para ellos)”, que aunque no lo digamos, lo pensamos, bien que lo pensamos.

 Por todo ello, sinceramente de corazón creo que, hoy por hoy, más que nunca, aunque siempre haya sido así, LA TIERRA ES MUJER.

 Un abrazo inmenso, hermanas y hermanos.

lunes, 15 de septiembre de 2014

GRACIAS HERMAN@S DE BIODANZA

Hermanas y hermanos de la tercera promoción de facilitadores de biodanza de la escuela de Biodanza Al-ándalus, hoy no me he decidido a comentarlo en la ronda de cierre de este módulo de formación que hemos compartido en Torremolinos, pero quería deciros que ha sido un hermoso regalo del Universo lo que yo he recibido a través de vosotros, de Fernando, y de nuestro capitán Tuco Nogales. Al igual que le ocurría a alguno de nosotros en otros módulos, el de cierre del curso pasado tuvo para mí unas connotaciones oscuras y tristes. Me sentí (mi niño interior se sintió), rechazado y perdido en un entorno, el de un módulo de "Contacto y caricia", que yo viví como si para mí hubiera sido algo así como "Maltrato y alejamiento". He de decir que vosotros tuvisteis poco que ver con ello, que fui yo el que llevó a cabo mi juicio y mi condena, que confundido por unos acontecimientos "fortuitos" que después he entendido que fueron puestos ahí para mi aprendizaje, me dejé llevar por el desaliento y la recuperación desbordada de mis sensaciones infantiles de marginación y aislamiento, viviendo un fin de semana tan oscuro y amargo que me llevó inicialmente incluso a considerar la posibilidad de abandonar la formación. Luego, en compañía de mis hermanitos murcianos, y con el apoyo de Tuco Nogales, entró en mi corazón la certeza de que aquello había sido una preciosa oportunidad de trabajar alguno de mis miedos más profundamente escondidos y esquivos, el del niño que vivió su infancia eludiendo en lo posible la presencia de otros grupos de niños, grupos de los que casi siempre recibía, o sentía recibir, sólo agresión y rechazo. Y así he intentando hacerlo, reflexionando, trayendo a mi mundo emocional muchos de aquellos momentos duros, e intentando liberar y sanar a mi niño interior de esa pesada carga de culpa y dolor.

No sabía si a lo largo de este verano habría conseguido integrar esa enseñanza en mi ser, pero este finde creo que ha sido otro punto de inflexión en mi experiencia vital, y de nuevo de la mano de esa magnífica herramienta de crecimiento personal que es Biodanza, y a la que nunca terminaré de expresar mi enorme agradecimiento por cómo me está ayudando a trabajar en mi camino de superación y crecimiento. Y no es solamente que no me haya sentido rechazado, es que me he sentido maravillosamente integrado, plenamente querido, respetado, aceptado, tanto en grupo, como en las relaciones personales. Sé que en parte se debe a mi propia actitud, que somos emisoras de energía vital y que cuando emitimos luz sólo luz podemos recibir. Pero os debo una hermanos, y muy grande, porque vuestra sensibilidad, cariño y belleza son inmensos. Gracias Tuco y Fernando, gracias Esther, gracias Maria del Valle, gracias Mara Devi, gracias Otilia Hernandez Rodriguez, gracias Ernesto Campos, gracias Angélica Tirado San Martín, gracias Mari Carmen Diris, gracias Sara Usero, gracias hermanitos de Murcia, Jesus Carrion Huertas, Raquel Gambin, Nieves Martín, Caty Buades Rubio, gracias Linda Villalba, gracias Pacos, Francisco J Muñoz Gonzalez y Francisco Pérez García, gracias Isa, gracias Jésu Rb, Toñi Palomo Bautista, Linda, Nora Senes, Rosana Domingues, Giselle Rocha, Miguel Garcia Crespo, Juan Miguel de la Fuente, Esperanza, Teresa. Laura Mayorga, Yolanda, Raquel, Andrés, Mari Perez, Ana Sanz, Rosa, Salvador Barco Martinez, Sara Perez, Dorica Linares Saez, Eva Aguado, Carmen Yorno, y a los que no estuvísteis allí esta vez en el plano físico, pero sí en espíritu y emoción, Rafael Nogales Herrera, Raquel Conesa, Pepe Tudela, gracias a todas y a todos, porque desde mi corazón, y en vuestra compañía, me he sentido completamente en familia, en una gran familia simpática, amorosa, alegre y bulliciosa, que ha funcionado a las mil maravillas, disfrutando, danzando, riendo, amando...
Os quiero con toda mi alma.
Y una cosita más, me encanta estar con vosotr@s, pero estoy deseando volver de nuevo a mi día a día. Y me comprometo a hacer lo que esté en mi mano para llevar este espíritu de luz y amor a mi vida diaria. Creo que ése es uno de los más bellos propósitos que se pueden tener en esta existencia.
PD. Y si me he olvidado de alguien, espero que pueda perdonarme. Es una familia muy grande.

martes, 9 de septiembre de 2014

UNA FORMA DE EXPLICAR POR QUÉ CONFÍO EN EL TODO (A VUELTAS CON LA FE)

Sé que resulta un esfuerzo leer algo tan largo, que seguramente es muchísimo más divertido irse a una página con chistes y vídeos graciosos, y además no pretendo convencer a nadie de la validez de mis argumentos, pero quería explicar cómo creo que es posible llegar a la Fe también desde la razón. Desde luego, desde la intuición y el corazón la Fe en el Todo es simplemente una consecuencia directa, pero eso no tiene explicación, ahí sobran la mente y las palabras. Así que lo voy a coger por el otro lado.
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Estoy sentado en un jardín de mi pueblo. La brisa mueve las hojas de los árboles. Las de un magnolio, verde oscuro, brillan con el sol con algo de iridiscencia, un amarillo por aquí, un reflejo azulado por allá van componiendo un efecto que me parece muy singular. Un pájaro canta en algún sitio del interior del árbol. Más cerca de mí hay un par de moreras, cuyas hojas también brillan, y algunas se están tiñendo ya de ocre. De repente, ante una ráfaga algo más fuerte, varias hojas salen volando. Una de ellas después de revolotear por aquí y por allá termina aterrizando tranquilamente sobre mi muslo derecho.
Hasta aquí nada nuevo. Todo muy normal. Pero, reflexionemos un poco: la brisa sopla. Je je, sencillo. No, alto, no es tan sencillo, la brisa se produce por diferencias de presión barométrica, que a su vez están generadas por la variación de temperaturas a causa de la mayor o menor radiación solar, radiación que llega desde unos ciento cincuenta millones de kilómetros, atravesando primero un cuasi-vacío y luego entrando en nuestra maravillosa atmósfera. Y todo ello, brisa, presión, radiación solar, funciona siguiendo una serie muy estricta de ecuaciones físicas, donde nada, repito, nada, sobra ni falta. El aire es un ejemplo típico de fluido newtoniano, con su ecuación constitutiva. La brisa no sopla tontamente, así como así, sino que responde a un conjunto de ecuaciones que regulan la dinámica de fluidos. Cuando la brisa choca contra una hoja de un árbol produce un movimiento en la hoja a la par que una cierta turbulencia, que hace que la propia brisa cambie chocando contra la siguiente hoja de manera diferente a como lo hizo sobre la primera. La hoja tampoco se mueve como le da la gana, sino que dicho movimiento se produce a consecuencia de una serie de fuerzas de acción y reacción provocadas por un lado por el flujo de la brisa y por otro por el peciolo de la hoja (la parte que une la hoja a la rama), la forma y consistencia de la hoja, las nervaduras, las partes planas... Además, como resulta que es un árbol caducifolio, con el final del verano se está produciendo un deterioro molecular, regulado por un preciso reloj biológico, que se traduce en que la hoja se reseca, su piel se agrieta y cambia de color, disminuye su resistencia estructural, particularmente en la zona donde el peciolo se adhiere a la ramita, hasta que el peciolo se quiebra y la hoja cae, y cae, y cae.
Y TODO, ABSOLUTAMENTE TODO ESTO, ESTÁ FANTÁSTICAMENTE REGULADO POR ECUACIONES PRECISAS. Algunas ya conocidas, otras muchas todavía formando parte de lo que se nos escapa.
Bien, así que para la pequeña historia de la hoja que primero brilla, luego rompe su peciolo y comienza un vuelo caprichoso que finalmente acaba en mi muslo, he intentando hacer un resumen rapidito de los fenómenos físicos y biológicos que se han producido. ¿Me ha salido un rollo verdad? ¿Pues si intentara determinar con precisión todas las leyes, ecuaciones y demás, implicadas, desde que los fotones salieron del padre Sol, hasta que siguiendo un conjunto complicadísimo de ecuaciones aerodinámicas, la hoja se posó en mi muslo, cuánto me podría ocupar? Supongamos que mi conocimiento de la física y la biología fuera perfecto. Seguramente llenaría tomos y tomos de sesudas explicaciones sobre la enorme inteligencia que se esconde detrás de la simple caída de una hoja. Entonces Dios mío, si eso es así, qué magnitud inmensa de inteligencia es la que regula lo que está pasando continuamente en mi pueblo, en mi provincia, en mi país, en mi continente, en mi mundo, en mi galaxia, en mi Universo. ¿QUÉ INCONMENSURABLE PODER ES CAPAZ DE ATENDER NANOSEGUNDO A NANOSEGUNDO, SIN DESFALLECER, SIN ERRAR, SIN QUEDARSE “COLGADO”, LOS INNUMERABLES ACONTECIMIENTOS FÍSICOS QUE SE PRODUCEN EN NUESTRO UNIVERSO, QUE ADEMÁS ESTÁN TODOS ENGARZADOS EN UNA SECUENCIA PERFECTA DE CAUSA-EFECTO FORMANDO UN INCREÍBLE E INFINITO PUZZLE PERFECTAMENTE AJUSTADO?


¿Y yo soy el que le voy a decir a ese poder cómo tiene que actuar? ¿Si no soy capaz de entender ni un uno por ciento de lo que hay detrás de una simple hoja cayendo desde un árbol? ¿Me creo capaz de saber perfectamente, por ejemplo, qué es lo que más me conviene? ¿Qué es lo mejor aquí y ahora para mí? Mañana, cuando me despierte voy a pedir que me ocurra esto, o que consiga aquello o lo de más allá, que me toque la lotería, encontrar una pareja preciosa, inteligente, empática, dulce, que me ame locamente, ser famoso, alcanzar la sabiduría perfecta ...
Sinceramente, creo que pedir está muy bien, pero también creo que hay que estar muy conectado para que pidiendo cosas concretas demos en la diana. Por eso tengo fe, confianza ciega, en que pase lo que pase, Dios, el Divino, el Universo, el Todo, me van a traer lo mejor, para mí, para ti, para el conjunto de todos los seres. Aunque ése “lo mejor” no coincida con nuestra idea de “lo bueno”, porque ese pedazo de INTELIGENCIA ese LOGOS monumental, me conoce infinitamente más de lo que yo mismo me conozco. ASÍ QUE MIENTRAS ME VOY CONOCIENDO Y CONECTANDO PEDIRÉ, DIOS MÍO, QUE SE HAGA TU VOLUNTAD, Y NO LA MÍA. Supongo que conforme me vaya conectando con mi Ser, ahí donde Tú mismo resides, conseguiré que tu voluntad vaya siendo poco a poco la mía. Y creo firmemente que ahí, en esa coincidencia, en ese auténtico conocimiento, está nuestra verdadera realización como seres iluminados.
Por todo esto que explico antes, me parece muy razonable tener FE, o confianza plena, o llámalo X.

jueves, 21 de agosto de 2014

LA CULPA

Conozco personas, a alguna de las cuales amo con todo mi ser, que viven o han vivido momentos más o menos extensos de su vida oprimidos por el sentimiento de culpa. A ellos especialmente, si así lo desean, va dedicada esta reflexión.
No sé si tú lo ves, pero a mí la Naturaleza, el Universo al completo, me parece algo descomunalmente perfecto, con sus equilibrios exactos, su ininterrumpida sucesión de causas y efectos que son causas de otros efectos, su caos que es un prodigio de orden, su simple complejidad. No hay nada que no tenga un por qué, una razón precisa e inmejorable. La inteligencia que organiza todo esto es tan increíble que si me dejo sentir me quedo paralizado de gozo y estupefacto ante algo que siento que me supera infinitamente, algo que me impone un respeto sagrado.
Entonces, yo me pregunto ¿por qué nos culpamos? ¿De dónde nace esa enfermedad del alma, la culpa, esa pérdida enorme de energía, ese salirnos de nuestro centro?
¿Acaso alguien cree de verdad que lo que hacemos podría haber sido de otro modo? ¿En serio? ¿Alguien piensa que había otra opción?  ¿Que algo falló en el Cosmos y que por eso tú diste ese paso del que ahora te culpas?¿Alguien cree que un otro él, con la misma carga genética y la misma, exactamente la misma historia personal, hubiera podido hacer algo diferente? Siento que la respuesta a todas estas preguntas es que no.
¿Significa esto que somos una especie de autómatas esclavos de las circunstancias?  Pues creo que depende. El ser humano no consciente, el que duerme el sueño de la vida normalizada y previsible, del código de conducta que intentan imponernos desde que llegamos aquí, para hacernos una masa homogénea, para controlarnos, ése sí es un robot que sigue un programa. Actúa o se inhibe porque es lo normal, o porque es su 'obligación' , o por miedo, o por culpa, que es otra forma de miedo.
Pero hay otros seres humanos que construyen su camino, porque creen en el amor, que es el infinito poder creador del Universo y saben que lo tienen muy a mano, en todos y cada uno de nosotros. Esos seres sienten que la única forma de salir de los raíles que dirigen nuestra vida, la única forma de abandonar el tedio y la insatisfacción que acechan en lo profundo, es conectando, dentro de sí mismos, con la fuerza creadora del Universo, el AMOR. Y son conscientes de que eso sólo se puede hacer en el momento que se precipita entre lo que fuimos y lo que queremos crear, es decir, en el ahora.
Yo creo mi futuro, e intento no hacerlo desde la culpa y el miedo, sino desde el libre albedrío y el amor.
¿Y tú? ¿Te permites crear? ¿Eliges la culpa? ¿O estás en el amor?
Un amoroso abrazo, hermanitos.

martes, 19 de agosto de 2014

PACIENCIA

No sé si a vosotros os pasa, pero a mí, cuando deseo algo con todo mi ser, me olvido completamente de que las cosas que de verdad merecen la pena llevan su tiempo.
La paciencia es una labor de puntada chiquita. Avanza con su pasito de caracol mientras tú, como poco, esperas ser teletransportado. Segundos en los que caben minutos, que podrían ser horas, o meses, o eras. Y a mí me parece que todo sigue igual, que nada se ha movido. Y cuando lo que zurces son los jirones de tu corazón, una bruma espesa como plomo líquido te lastra el alma. Y aunque sabes que el Universo premia a quienes confían, hay ocasiones en que desearías hundirte en una sima sin fondo y acabar para siempre. Pero no hay nada que permanezca, todo fluye y se transforma. Y un día compruebas incrédulo que  el ciclo se cerró y el fruto maduro reposa a tus pies, y que todo tenía un por qué, las esperas, lo que amargaba, el dolor, la rabia, la orilla que nunca alcanzabas.


domingo, 17 de agosto de 2014

FLUIR

A veces, cuando queremos "fluir", dejar que sea el Universo el que haga el trabajo, se nos olvida que nosotros también somos Universo, y además, con mucha frecuencia la parte del Universo más interesada en ese trabajo que renunciamos a asumir directamente.

jueves, 14 de agosto de 2014

HACIA EL FINAL DE TODO

El anciano mira hacia el suelo, es capaz de permanecer horas así, sentado en la vieja mecedora, en lo que aparenta ser profunda tranquilidad, en un rincón, a la sombra del árbol de fuego, en el fresco de la mañana o al calor de la tarde. Junto a él, de pie, un hombre de mediana edad que sostiene una bicicleta de montaña.
–Hoy he subido con la bicicleta a la Atalaya de la Umbría. ¿Sabes cuál es, la de la caseta de vigilancia de incendios? ¿Recuerdas?
–No, … no me acuerdo – dice el viejo con un hilo de voz.
–Sí hombre, la montaña que hay a la izquierda según se va desde Fuente Nueva a Orce.
–Ah, ahora, sí, creo que sí.


– ¿La caseta …?
– Sí, allí suben, vigilan los fuegos, sí.
–Ven, anda, levanta que te la enseño, se ve allí, detrás del arbusto. Está precioso el campo a esta hora de la mañana.
–No, no puedo.
–¿Cómo que no puedes? ¿Es que has dejado de pronto de poder andar?
– Que no puedo. Déjame.
El hombre más joven se acerca al anciano. Mira con detenimiento y ternura en el fondo de sus ojos esquivos. Con voz suave y calmada le pide – Venga, dame la mano, por favor –. Pero el viejecillo cruza los brazos con ademán nervioso y se encoje en la mecedora. Es un niño chiquito con rostro agrietado y pelo blanco, retrepado en su silleta infantil, cerrado en sí mismo, tan delgado, frágil como una vara fina de madera comida por la termita. El hombre lo coge con cuidado por los hombros, gira tras la mecedora y pone las manos bajo sus axilas, luego con un movimiento suave lo levanta prácticamente en vilo, hasta que el anciano estira las piernas para apoyarlas en el suelo. A su lado el joven, que no es corpulento, parece un gigante, le ha echado el brazo sobre el hombro y con la otra mano lo sujeta con firmeza.
– Anda conmigo. ¿Sabes? Desde la Atalaya vi alzar el vuelo a un montón de buitres. Seguramente acababan de atiborrarse de algún triste cadáver, pero volaban sin esfuerzo, aprovechando la fresca brisa de esta mañana, con una gracia infinita. Dura pero bella. ¿Verdad? La vida, digo.
– No sé –balbucea el viejito.
– Hay belleza, joder. Hay una belleza enorme, está ahí para nosotros, para que la disfrutemos, sólo tenemos que dejar que entre en nosotros, por los ojos, oídos, piel … sólo aceptar y relajarnos.
– No puedo.
– No hay nada que poder, sólo dejarse. ¿O sólo sabes decir no puedo?
– No sé, déjame. ¡Suéltame! – Ahora sí grita el anciano, con voz muy aguda y nasal.
– Yo sólo quiero acompañarte, ofrecerte un poco de lo que tú y yo no nos hemos dado nunca, cariño, ternura. No me lo rechaces, no rechaces la calidez de los que te queremos, no renuncies a nuestra ayuda, estamos contigo, para ayudarte. ¿Es que no lo ves? Deseamos acompañarte en lo que sea que te quede. Pero, por favor, déjate.
– No puedo, no puedo, no puedo –lloriquea el viejo. El más joven le ayuda a volver al asiento. El anciano va arrastrando los pies, encorvado, tembloroso, hasta sentarse en un ademán final, casi espasmódico, como de triste insecto enredado en una tela de araña.
– Mátame, te lo suplico, mátame –implora. –No hay remedio, no, no puedo hacer nada.
– ¿Pero qué dices? Por favor, por favor.
El hombre más joven se yergue, mira hacia el horizonte, las montañas al fondo, los campos ya cosechados, el pequeño pueblo. Siente en el rostro la brisa que hace cantar los árboles, oye unos ladridos lejanos, y cierra los ojos un momento. Nadie diría que ora, pero eso es lo único que le queda.

EL INICIO DEL CAMINO INTERIOR

Sé que por aquí hay mucha gente que lleva realizado ya un trabajo espiritual grandioso. Para ell@s no es este texto porque se les va a quedar muy cortito. Mi intención es hablarle a aquellas personas que quieren comenzar o recién han empezado su camino de trabajo interior, y que ante las muchas dificultades, dudas y resistencias, se debaten entre seguir adelante o dejarlo.
Soy una persona que tenía una orientación inicial muy en la línea del conocimiento ortodoxo y científico, trabajo desde hace años como profesor de informática en un instituto público, estoy completamente acostumbrado al pensamiento científico, y antes recelaba inmediatamente de cualquier cosa que no fuese demostrable, mensurable, reducible a un conjunto de ecuaciones, etc., es decir yo era un perfecto ejemplar de “normótico”, de mente lógica y ordenada, pensamiento a ras de suelo y, lo más importante, un ser humano manifiestamente infeliz.
Así que comencé mi búsqueda y probé aquí, y allá y todavía más allá. Y me encontré con todo tipo de grupos de trabajo interior, terapeutas, maestros y escuelas del espíritu. Fui venciendo poco a poco mis muchas y muy fuertes resistencias, ya que tu propio inquisidor interior es a veces el obstáculo más difícil de superar. De algunos sitios salí por piernas al poco de comenzar, pero en otros lugares encontré mucho bien, mucha paz interior, y un auténtico camino de transformación. Yo sí he experimentado y experimento esa transformación, y de corazón creo que es para mi bien. Creo que el principal maestro está en nosotros, y su báculo de sabiduría se apoya en nuestro corazón y en nuestra mente consciente. Pero ese maestro interior necesita del estímulo y la experiencia del exterior, de otros seres de sabiduría, de vivencias ricas y contrastadas, de trabajo físico, emocional y mental, de desarrollo de la sensibilidad, de la escucha, del amor.
Hoy existe un auténtico desparrame de maestros espirituales de todo tipo y condición pululando por el mundo. Internet ha potenciado enormemente la capacidad publicitaria tanto de personas de ética irreprochable como de desalmados sinvergüenzas expertos en vender en el supermercado espiritual. Hay muchísimo copipega también en el mundo del crecimiento interior, gente honrada pero que contribuye a la enorme confusión, postulando teorías universales a partir de uno o dos casos probados, inventando verdades irrefutables, o retransmitiendo a los cuatro vientos, en un correveidile inverosímil, cualquier tontería que leen o escuchan por ahí.
Por otro lado hay auténticas cruzadas anti-espíritu, batallas que no solamente se libran en grandes escenarios, sino que llegan hasta nuestros hogares. Quién no conoce el caso de parejas en las que uno está por el trabajo espiritual y el otro se opone tercamente, llegando incluso al extremo de obligar a su pareja a optar entre la vía del espíritu o seguir con él o ella. No me refiero a los que simplemente no creen nada porque no necesitan creer, porque sólo se mueven en los planos más densos de la existencia, en lo físico primario, en lo instintivo.  No, hablo de los que critican cualquier intento de trabajo espiritual argumentando su falta de soporte científico, calificando lo no material de inexistente o, incluso, afirmando que todo lo que huela a espiritual pertenece directamente al vasto conjunto de patrañas que han poblado y pueblan el universo de las creencias humanas. En mayor o menor medida, según estos cruzados anti-espíritu, toda sensación, percepción, teoría, creencia, etc., que no sea demostrable científicamente es poco más que un juego de ignorantes para pasar el rato, y denuncian que lo que hay es un enorme montaje puesto a punto por desalmados embaucadores para vivir, bastante bien en algunos casos, a costa de la credulidad de gentes bienintencionadas pero poco inteligentes, que necesitan de ese “algo más” que no se encuentra dentro de los límites de la ortodoxia científica. 


Pues bien, yo, desde mi humilde pero gratificante experiencia, animo a aquellos que tienen inquietud espiritual a que sigan, desde su corazón, esa intuición, a que no se paren sea cuales sean las dificultades que se les presenten y a que, usando toda la ayuda personal, todas las herramientas que el mundo actual pone a su alcance, busquen, con discernimiento y mucha atención a las vías incorrectas y a los posibles fraudes, las escuelas, terapias, actividades, lecturas, amistades, círculos de trabajo interior, etc., que les van a permitir trabajar en el arduo camino del crecimiento interior. Porque lo que está en juego es ni más ni menos que todo lo que de valor verdadero hay en la vida, el conocimiento de nosotros mismos, nuestra capacidad de dar amor, nuestra paz interior, nuestra alegría de vivir, la posibilidad de conectar con el resto del Universo y, en definitiva, las opciones que tenemos de encontrar una existencia dichosa y completa. Se trata de una total y definitiva revolución interior, que cambiará para siempre nuestra forma y sensación de vivir.
Y en cuanto a los de la cruzada, aquellos a los que les parece aberrante confiar en lo que no tiene soporte científico, aunque lo estemos sintiendo, vivenciando, experimentando con total nitidez en nuestra existencia, decirles que su postura me parece como la de aquel comensal que si no tenía la receta no le daba ningún valor al puchero de la abuela, aunque le supiera a gloria. O, más todavía, a la de aquel aprendiz de cocinero al que lo que de verdad le interesaba era la receta, y no el plato. ¿Es que acaso hay alguien que sea capaz de experimentar la vivencia físico-mental-emocional de saborear un guiso solamente a partir de la lectura de su receta? O incluso más allá, ¿hay alguien que desee sustituir el guiso por la receta, pensando que lo que en realidad vale es la mecánica del proceso y no el resultado? Pues eso me parecen a mí los valedores a ultranza del integrismo científico. Y tiene su gracia, porque en el caso que nos ocupa, el plato es la vida misma, el aderezo pura magia, y el cocinero, Dios. Así que la receta, a mí personalmente, me importa un rábano.
Un abrazo enorme, precios@s.

miércoles, 13 de agosto de 2014

MAREJADA DE EMOCIONES

Ayer estuve en una playa preciosa y salvaje. Si eres de por aquí la conoces casi seguro. Calblanque. Había un oleaje imponente.
Pusimos las toallas a varios metros de la orilla, pero poco a poco las olas se iban acercando. Como un juego de niños levantamos un muro de arena intentando evitar que el agua llegase a nuestras cosas. Pero, por supuesto, todo fue en vano. Las olas, como inmensos bueyes de plata, arrasaron una y otra vez nuestro escudo protector.
Y entonces sentí que el oleaje eran mis emociones y el muro mi mente.

martes, 12 de agosto de 2014

RELACIONES DE PAREJA CONSCIENTES

Hoy he releído un largo artículo del escritor Michael Brown sobre las relaciones de pareja. Se llama “Relaciones conscientes”. Lo recomiendo encarecidamente a tod@s aquellos a l@s que interese el tema de las relaciones de pareja “maduras”. Me pregunto muy a menudo, y creo que no soy el único, por qué son tan importantes para nosotros este tipo de relaciones, y por qué resulta tan arduo llegar a una relación de pareja realmente madura, y buenas pistas sobre cómo responder a ambas preguntas nos las da el autor a lo largo del artículo. Brown afirma que nuestra pareja puede convertirse en el mejor entrenador personal en el camino de la conciencia. Trabajar el encuentro, la honestidad, la vulnerabilidad, y otros muchos factores vitales para la expansión de la conciencia,  con la facilidad, intensidad, y rapidez de resultados que se pueden obtener en pareja, parece que es bastante más difícil fuera de ahí. Y en cuanto a por qué resulta tan arduo, el autor defiende que es por el mismo motivo que resulta difícil crecer en conciencia, porque para entrar en una relación madura es necesario previamente trabajarnos internamente en el plano emocional, hasta trascender el papel de niños y niñas, con el que es imposible establecer relaciones conscientes, y convertirnos en seres emocionalmente adultos.
El texto está trufadito de perlas de sabiduría. Quizás muchas sean ya tópicos en la literatura del crecimiento personal, pero no por ello dejan de ser perfectamente válidos. Brown habla de “hombres y mujeres”, emocionalmente adultos, en contraposición a “niños y niñas”, que es como estamos la mayoría, con cuerpos maduros, o muy maduros, y corazón infantil.
Ahí van un par de ellos:
* “La intención de experimentar intimidad auténtica, es el viaje interior que nos lleva más allá de la pesadilla de tratar de emular a las generaciones anteriores viviendo felices para siempre". Por lo general, solo estamos listos y dispuestos a considerar este viaje, a acercarnos a una `relación consciente` con alguien más, cuando nuestras ilusiones se han destrozado. El hecho de que nuestras ilusiones se destrocen con relaciones 'fallidas', es el llamado de Dios para despertar”
* “Nuestro viaje hacia la intimidad auténtica no tiene que ver con encontrar a la pareja perfecta; tiene que ver con convertirnos en la pareja perfecta. No se trata de obtener amor; se trata de acordar crecer como un hombre o mujer que está listo y dispuesto para dar amor incondicionalmente. No tiene que ver con 'vivir felices para siempre'; tiene que ver con comprometerse a una relación en la que la intención sea 'estar presente y tan consciente como sea posible en cada momento que se presente'. No se trata de encontrar a alguien con quien apoltronarse y establecer una rutina inconsciente; se trata de estar dispuestos a unirse a alguien en la carrera hacia dentro y hacia arriba, como una ruta consciente de entrada al reino vibratorio.”


No sigo porque me parece que lo realmente interesante es leerlo entero para poder apreciar en su totalidad el magnífico desarrollo argumental de Michael Brown. No os perdáis el final, una explicación muy potente sobre los arquetipos de José, la Virgen María, Jesús y María Magdalena y su relación con el desastre emocional de las relaciones de pareja. A mí me ha tocado la fibra, bien dentro.
Ah, y por cierto, tenéis el artículo completo en http://www.thepresenceportal.com/Spanish%20-%20Conscious%20Relationships%20II.htm
Os abrazo herman@s.

lunes, 11 de agosto de 2014

POR QUÉ NO QUIERO ACABAR CON MI EGO

Orígenes de Alejandría, uno de los “padres de la Iglesia”, allá por el siglo III, decidió que sus testículos eran una especie de caballo de Troya, colocado en su cuerpo por el mismísimo diablo, y en un rapto de enajenación mental se castró a sí mismo. A lo largo de la historia ha habido siempre personajes, más o menos influyentes, que han considerado que al ser humano le sobra algo, y que eso de lo que puede prescindir es fuente de males diversos. A la vez no han tenido el menor empacho en afirmar que el ser humano está hecho a imagen y semejanza de Dios (aunque yo pienso exactamente lo contrario, que el dios “popular”, por ejemplo el Dios Cristiano, está hecho a imagen y semejanza del hombre), viviendo alegremente con tan contundente paradoja convertida en dogma de fe.

Pero no voy a hablar de testículos, sino de ego. No hay gurú que se precie que no pontifique sobre lo dañino que es el ego, sobre cómo nuestra única opción para la iluminación es destruirlo completamente, pues de no ser así nunca va a dejar que nos realicemos. Hay algo muy adentro de mí, una especie de intuición resonante, que me dice que no puede ser del todo así, que el Universo, el Todo, el Logos, el Divino, Dios … como queráis llamarlo no se puede haber equivocado tanto como para que el conjunto de los seres humanos tengamos algo tan dañino incorporado a nuestro bagaje psicológico básico.

Pero ¿qué es eso del ego según esta corriente “castracionista”? Resumiendo, podríamos decir que es algo así como un falso ser, un falso yo-mismo, construido a base de miedos, carencias, envidias y demás mecanismos psicopatológicos, y que tiene un pavor terrible a dejar de ser el centro de nuestra existencia. Este falso yo es alimentado continuamente con deseos, sufrimiento psicológico, recuerdos insanos, proyecciones de futuro, y demás, y continuamente nos está alejando de nuestro “ser verdadero”, no dejándonos avanzar por el camino de la realización, y sacándonos de la presencia, es decir de la vivencia del único momento que de verdad existe, el puro ahora. Además, para autoafirmarse el ego continuamente nos lleva a posturas enfrentacionistas y separacionistas, hace que estemos en permanente conflicto con el resto de la Creación, pues sólo así puede justificar su existencia. El ego tiene su gran aliado en la comúnmente denominada mente, que es la encargada de su alimentación, aunque de la mente me gustaría hablar en otro post. 


¿Estoy yo en contra de todo esto? En modo alguno. Me parece que es una definición bastante adecuada. Pongamos que hay un “ser verdadero”, que está ahí, en el no-espacio y no-tiempo, inmutable, permanentemente presente, un pedacito de la conciencia cósmica universal, algo que se conecta a nuestro ser de carne y hueso a través de delicados canales energéticos muy relacionados con el sistema nervioso central, con el cerebro y sus órganos asociados, que no serían otra cosa que un sofisticadísimo equipo de comunicaciones. Llamemos “alma” a ese “ser verdadero”, del que no creo que sea necesario decir que es puro, perfecto, luminoso, con toda la energía del amor universal, y en permanente y total fusión con el Todo. Entonces ¿cuál es el problema? ¿por qué no podemos renunciar al ego totalmente para entrar en la perfecta iluminación?

Pues bien, mi propuesta crítica se refiere sólo a una cuestión de contexto y de alcance. Creo que el ego no es tan malo como se plantea, que también forma parte de nuestro ser, al menos del ser físico-emocional que habita el planeta Gaia, y que el error principal está en que lo estamos usando mal, sacándolo de su campo adecuado de uso, de su función útil, que es la de un servidor, y convirtiéndolo en el enfermo amo y señor de nuestra existencia. El ego surge a muy temprana edad, cuando el niño comienza a comprender que es un ser diferente al resto, que hay límites, y separación, al menos en lo físico y lo emocional, y se siente vulnerable y desvalido, e inventa un conjunto de mecanismos de defensa psicológica, sin los cuales, en la mayoría de los casos, estaría abocado a la aniquilación emocional. El ego se crea pues ante la necesidad psicológica de defensa de la intimidad que se ve bruscamente separada de la seguridad de la conexión con la madre, en lo que constituye un proceso evolutivo completamente natural y razonable. El problema está en que luego, cuando vamos creciendo, no hay nadie que nos diga que esa coraza, esa herramienta de delimitación de lo que “yo soy” frente a lo que “no soy”, al menos en el plano emocional, es eso, una herramienta, no el auténtico yo. Desgraciadamente no existe, o al menos no se ha universalizado como otros tipos de educación, una verdadera formación emocional y espiritual, algo que incida en la maduración del ser humano como un ente holístico basado en un plano físico innegablemente importante, sujeto, fortísimamente por cierto, a emociones, y que ansía, que aspira, a una conexión con el Todo, en el plano puramente espiritual. Esta formación debería servir para poner al ego en su sitio.

Al igual que mi piel está ahí, conectándome y a la vez separándome del resto del mundo físico, el ego tiene su función equivalente en el mundo emocional. Al igual que cuido mi piel, que la lavo, nutro, visto, e incluso decoro, y qué maravilla cuando me trae el contacto del mundo exterior, y particularmente de los otros seres humanos, pues igualmente podría hacer con mi ego, cuidarlo, liberarlo de impurezas, etc., si entendiese su verdadera función. Lamentablemente el mundo actual que podemos calificar como “normótico” se dedica a crear una ininterrumpida corriente de señuelos emocionales que se añaden como excrecencias aberrantes a nuestro ego, convirtiéndolo en el monstruo al que antes me he referido, el monstruo al que critican la mayoría de las escuelas espirituales. Pero yo creo que la aniquilación no es la vía, al igual que la castración no lo era en el siglo III. Siento que el trabajo a realizar es similar al que hacemos con la piel. Primero habría que lavar, eliminar parásitos, los enormes parásitos que la sociedad mediática y consumista inocula en nuestro ego, y luego, cuidarlo, abrazarlo, darle todo nuestro amor, considerarlo como uno más de nuestras partes útiles, y saber que su función es meramente de límite-contenedor-conector con el resto del mundo emocional.

Si me enamoro, me enamoro, y no creo que sea mi alma la que se está enamorando, sino, cuidado que viene la herejía, mi ego, realizando su función de conexión con otro ente físico-emocional, con otra linda personita por la que tiemblan mis huesitos (y mi ego). Es muy posible que el alma dé su bendición a mi intento de conexión en los planos físico y emocional, que creo que de eso va el enamoramiento, con otro ser de mi especie, y que en el plano espiritual, mi alma y la suya “sonrían”, al particular modo de las almas puras, pues ellas ya están absolutamente conectadas entre sí. Es también muy posible que después del adecuado proceso de adiestramiento y crecimiento personal, algo en mí, digamos una “mente superior”, un observador intensamente consciente, contemple ese proceso de enamoramiento y lo considere algo bello, pero propio de un plano mas bien terrenal, al igual que hermoso es cuando dos cuerpos se besan, abrazan y acarician. Sin embargo, estoy seguro de que en ningún momento a esa “mente superior” se le podría ocurrir que a los protagonistas de esa conexión emocional, a nuestros egos, amada mía, habría que aniquilarlos.

sábado, 9 de agosto de 2014

MELOCOTÓN

De todas las frutas de verano me gusta el melocotón,
pero cuando de verdad lo adoro es cuando tú lo comes,
piel de terciopelo en llamas,
con esa carita inocente de estar comiendo fruta,
carne jugosa y tan frutalmente dulce,
abres tu boca y entonces soy un ser a cámara lenta,
soy el melocotón esperando el fatal momento,
en que me tomas para entrar en ti,


y mi aroma te inunda como un manantial templado,
nácar anaranjado de mi esencia,
y esos labios tuyo temblando gloriosamente,

rebosando jugo fresco que desborda por tu rostro,
entonces ya no soy melocotón,
soy mi lengua, barca feliz navegando esos arroyos,
o muro de presa incapaz de represar nada,
y bebo de ti y me ahogo en ese zumo.
Miguel