domingo, 28 de diciembre de 2014

MI GUERRA CIVIL

En el sueño no consigo calmar ese angustioso tirón que derrota mis defensas cada vez que su sabor de miel sólida y vinagre de manzana, su aroma agreste y el tacto eléctrico de su piel prohibida, o la lluvia estival de esa voz rasgada y cálida, se me vienen a la cabeza y me llenan el corazón de sensaciones (sudor fruto de la madreperla, tensión pujante y perfecta relajación, ritmo exacto de poderosa fragua, mientras el camino al Paraíso sube y se estira recreándose delante nuestro, y el Universo se curva dolorosamente en sus caderas perfectas). 
Cada pocos minutos, día a día semana a semana, durante mucho, mucho tiempo.
Puede que hoy haya una pequeña tregua, pero esto es una guerra civil, un mano a mano rojo y mortal de yo contra yo mismo, mi dignidad resistiendo apenas en un bando, un poco altiva todavía, pero desangrándose, maltrecha y casi condenada. Lo que no me reconozca me será negado por casi todos, y yo practico la estricta disciplina anti-plagas del corazón: sirena desgarra almas, no dirigirme a ella, manifestarle así mi saludable obsesión, mi ardorosa indiferencia, el enamorado desapego con que me marcho aguardándola. En el otro bando el deseo, el sentimiento y la emoción, animales y ciegos, puede que indiscriminados, batido de hormonas y neurotransmisores que aúllan, anudados, prietos, aceitados, confusos, río inflamado por este monzón de invierno.
Y en medio del inmenso campo la última esperanza: la magia. Está ahí y ambos somos intensamente conscientes de ello. Puede cambiarlo todo. Va a cambiarlo todo.
Mientras tanto amablemente nos ignoramos.

viernes, 26 de diciembre de 2014

TODO ES PERFECTO

Elena tiene 41 años y la tez aceitunada de rasgos finos. Su marido es "un parado de larga duración" carpintero sin carpintería, ni martillo ni hoz. Dos hijos pequeños que "comen de lo que hay, naranjas, pues naranjas", y un perrito juguetón cn el hociquillo manchado de blanco que rescataron de un contenedor. Elena cuida a mi padre, lo levanta por las mañanas, le ayuda a asearse y lo viste, le da el desayuno y se lo lleva a caminar a su pasito quedo. Luego cuando vuelven, mi madre, además del dinero, siempre le tiene algo preparado, unos bollos, un par de calcetines pequeños o unos lápices de colores. 
Elena no hace el menor amago de rechazo, y tras abrazar a su patrona aprieta contra el pecho el regalo. "Es usted muy buena, Toñi", dice cn la mirada brillante antes de girarse y salir del pequeño recibidor. Mi madre cierra la puerta, nos miramos, "es una bellísima persona" musita, yo asiento levemente, y en mi corazón hay un poquito más de luz y amor.
Para Elena, la triste enfermedad mental de mi padre ha resultado ser una bendición.


jueves, 25 de diciembre de 2014

NAVIDAD

Quizás esta noche debería arrastrar una cierta frustración por mis historias terminadas, inacabadas, o no empezadas, por mis sueños bohemios fracturados en múltiples esquirlas tiradas a ninguna parte, por mi exceso de pragmatismo que me cubre de cenizas el alma, por los noes a alzar el vuelo amedrantado de tristes esferas llenas de nada. ¿Quizás DEBERÍA GRITAR por mi soledad, a medias elegida, en esta noche bella? Por no haber sabido hilvanar con tu danza y mi danza arabescos en la piel sensible de una existencia transida de brumas y desconcierto. A ratos aletean con espanto las mariposas de mi dulzura, se golpean contra el invisible cristal de la nada y el desaliento: porque no te siento, porque no te llego, porque no vibran las cuerdas de mi alma con la sinfonía estremecedora de la vida, y lo deseo tanto …

Y cuando me estoy hundiendo en mis paradojas recuerdo a mis amig@s, y de entre tod@s especialmente a l@s que desde la arrebatadora belleza de vuestra sinceridad me habéis escogido a mí para abrir vuestro corazón en momento difíciles. ¿Cómo es posible que seres tan maravillosos, cada uno de los cuales serviría de excusa suficiente para volver a crear este Universo, se duelan, se sientan perdidos, confusos y tristes, cada uno de estos ángeles amorosos y completos, a los que a menudo veo repartiendo alegría, luz y dulzura en torno suyo, a los que admiro y amo profundamente? Todavía no he encontrado respuesta, pero lo conseguiré antes que después. Mientras tanto, vamos ahí, hombro con hombro, herman@s, alcemos la bandera de nuestra lucha incruenta. Todos necesitamos un tiempo para nosotros, pero no reprimamos nuestra precioso impulso de amar el profundo océano de pasión que se amansa tras los ojos de nuestros semejantes. Sabemos como sanar nuestros corazones rotos, las plantas no crecen en la oscuridad y la estrechez, necesitan de la luz que nos baña sin hacer distinciones y del aire puro y libre que nos rodea a todos por igual. Herman@s del alma, vuestra preciosa vulnerabilidad es como una lluvia cálida y bendita que cala hasta las raíces de mi ser fertilizando tiernamente mi amor.
Brindo por nosotros en esta noche, y en todas las bellas noches que me estremecen el alma de dicha inacabada.

miércoles, 17 de diciembre de 2014

EL TIEMPO, UN FUEGUECILLO JUGUETON

No sé si a vosotros os ocurre: historias de tu vida que cuando estaban pasando te parecían el no va más de importantes, de emocionantes, creías que te iba la felicidad en ellas, y sin embargo, pasados los meses, ni acordarte. Y por el contrario otras, chiquitas, humildes, que entonces casi pasaron desapercibidas, y que luego se han ido convirtiendo, pasito a pasito, en pilares del templo de tu memoria.
Y es que el tiempo es como un fueguecillo juguetón, que a veces te achicharra los recuerdos, y otras los va cociendo despacito, con cariño y paciencia, cocinando un guisito de esos sabrosones que el día menos pensado te encuentras servido, con el esmero de un banquete nupcial, en la mesa de gala de tu existencia.

martes, 9 de diciembre de 2014

ATRAPADO EN UN BLACKHOLE

Hoy no soy el mismo de ayer. Siempre ocurre pero hoy más. Me queman las manos anudadas en torno a ese hilo de sangre roja, y los labios rojos, y el corazón de amapola, y me siento como un objeto estelar pequeñito que ha visto atrapada su órbita, libre y vagabunda, por una intolerable singularidad cósmica que no deja escapar nada, ni siquiera la luz que brilla en nuestras miradas. Y como yo no soy más que ese nada, sé que pronto atravesaré el horizonte de sucesos de los fotones cautivos, que no habrá posibilidad de volver atrás, que me hundiré en esta negación del espacio-tiempo, en caída libre hacia esa proyección de ti que está dentro de mí, hasta la completa aniquilación, hasta la fusión total.

DEMASIADO RESPETO A LOS DANZANTES

A veces tengo la exacta certeza de que no me incorporo a la danza por excesivo respeto a los danzantes, con lo que al final soy yo el que me respeto insuficientemente. No se trata de algún tipo de abnegación absurda, sino simplemente del resultado de una compasión inmediata y poco meditada: siento que a mí no me gustaría que algún otro hiciese lo que yo rabio por hacer pero al fin no me permito. Pero luego, cabizbajo y pensativo, entre mis cenizas y mis oscuridades, me remonto más atrás y más arriba en la nube ascendente de los deseos, de los por qués, de las razones no manifestadas, de los arrebatos de entraña, y acierto a llegar a la conclusión de que nadie tiene derecho a pedir a ningún otro que no entre en “su” salón de baile, porque la fiesta de la vida está abierta a todos los vivientes, y que lo contrario no es en modo alguno amor, sino simplemente posesividad mal entendida, posesividad de lo que nunca podremos poseer, que es el corazón y el alma de otra persona.