miércoles, 18 de enero de 2012

La verdad, la duda y la mentira (el bueno, el feo y el malo).

Bonito tema éste de la verdad, la duda y la mentira. ¿Qué hacer, qué decir?
Supongo que cada cual tendrá su manual, pero yo lo tengo claro, mi norma es, salvo para niños, personas fuera de su sano juicio y Hacienda, que si me piden explicaciones diré sólo la (mi) verdad, siempre. La mentira es paticorta, ya lo sabemos, y siempre tiene un efecto, cuando se descubre destruye la confianza, y sólo es cuestión de tiempo que esto ocurra, y cuando la verdad llega tras la mentira siempre resulta mucho más dura.
La duda es para pusilánimes, y no puede existir eternamente, al final desembocará en una de las otras dos.
También es cierto que la verdad es una especie de aroma cambiante, difiriendo según quién la vive, e incluso, para uno mismo, variando según cuándo la vivimos. En sí misma a veces es como un grito en la noche, fuerte, retumbante, definitiva, inapelable; otras veces, en el otro extremo, se filtra por las grietas de lo posible, como humo sutil, evanescente, poliédrica, inasible. Entre esos dos puntos hay cien clases de verdad. Cada uno tenemos nuestra propia verdad, o así debería ser, seguramente es cuestión de conocernos. Que esto ocurra no es mayor problema, cuánto más me conozca más sabré cuál es MI VERDAD, y eso es lo que me comprometo a poner sobre la mesa. De mi verdad y TÚ VERDAD saldrá NUESTRA VERDAD, que es el camino más corto entre tú y yo. Es como matemática emocional, cualquier otro camino no sigue la línea recta.

martes, 17 de enero de 2012

Para un amigo poeta que cumple años


Felicidades hermano. Que recaigan sobre ti bendiciones como cae la lluvia fresca en la tierra fértil, que tus ojos vean más allá y que se recreen como niños en la luz que nos trae cada día, que siempre tengas una palabra hermosa que decir, un ser al que amar, y algo de lo que despedirte una vez que terminó el camino compartido.

lunes, 16 de enero de 2012

La razón de todo esto

¿Cuanto tiempo me queda? No lo sé, pero sí sé que nací para morir, y que al final de esto eso es lo que me espera. ¿Qué pasará después? No sé si habrá después, pero sí sé que hay un antes, que es el ahora, y que está aquí, minuto tras minuto, esperando a que me ocupe de mí mismo, esperando a que sepa darme, a que me decida a explorar a fondo las posibilidades de esto.

¡Qué grande esto! ¡Qué inmensidad se abre en mi ventana cuando se va el sol! ¡Millones de soles! Todos ahí colgaditos, llenos de posibilidades y recordándome que soy un insecto en la espalda de un insecto que se cuelga del lomo de otro insecto. Y todavía me paso de tamaño. Pero con mis antenitas me conecto contigo, insecto hermano, y contigo, y contigo y con él y ella también, y al final entre todos hacemos un grupo inmenso, que nada en la conciencia del SER, que tiene la chispa divina, invisible siempre a los ojos de la mente que mide, pero abierta al corazón, y estamos aquí y ahora para crecer, para confiar en que podemos, en que esto de la vida no es una broma suprema, como dicen por ahí, sino una ocasión suprema de crecer sin límites.

Y no hace falta ser un santo, un anacoreta, un beato, un monje trapense. Simplemente quiérete, y ofrécele una sonrisa a tu amig@, y también a ése a quien no conoces de nada. Regálale un abrazo de corazón, comparte con él/ella un ratito de la vida, oyendo música, tomando cerveza o haciendo nada, escúchalo, sé todo para él o ella, no te guardes nada por si acaso, sé generoso, seguro que tienes dones para compartir, ya se te ocurrirá algo.

Amemos, contra viento y marea, cuando la vida nos sonríe, sí, pero también en la desdicha, en la enfermedad, en el sufrimiento y en la pena más profunda. Amemos siempre, sin condiciones, por deporte, por afición, por principio, porque es la única vía posible, porque AMAR es comulgar, es unirnos en lo más íntimo de nuestro SER con el SER único que a todos nos abarca, y alcanzar ese punto es la razón de todo esto.

viernes, 13 de enero de 2012

Remendando

Mientras la sangre tibia limpia mis faltas,
con puntadas prietas, cuidadosas,
para que no se note que me lo rasgaste atroz,
como haces con esos trapos inútiles que desechas,
yo voy remendando mi corazón.

jueves, 12 de enero de 2012

Biodanza


Llegamos tensos, con la mente rápida de trabajo y preocupaciones, la intención afilada y en formación defensiva.

Saludamos, abrazos, las primeras risas, suspiros. ¡Qué alegría, tú de nuevo! Ya te echábamos en falta, venid amigos, hablemos de cosas sencillas.

El corazón se afloja, cae la presión, sube la sintonía, a la ronda, celebremos que nos hemos juntado a disfrutar de la vida.


Los primeros compases, evoluciona la música como un animal hermoso, vueltas, la mente se pierde y el corazón gana, te miro, me miras, sonreímos, gozamos, somos niños.

Y luego el viaje al centro, danzando al unísono nuestro propio camino, trepar a las nubes por senderos de humo, bucear en estanques de emoción espumosa, Rebeca nos guía, todo es posible, y los lazos crecen y se anudan a nuestra alma, casi sin sentirlo, en este desierto de palabras pleno de hermosos sonidos.

Y en medio de esta batalla amorosa está la presencia, el único instante en que somos, te miro, me miras, nos miramos todos, sonreímos. En silencio, sólo con los ojos, nos decimos cosas, danzamos, vivimos, somos tribu.

Para José Antonio (Josechu) y también para mis demás compañer@s de Biodanza

lunes, 2 de enero de 2012

Mar amor


Para comprender el día he llegado hasta esta playa, mar amor, profundo, íntimo, inmenso de nubes pardas, con el poder que le otorgan los grandes bueyes del agua, luminoso en la mañana, eléctrico en la tormenta y apagado antes del alba.

¿ Quién soy yo para alzar límites ? Si cada átomo de mí, cada estrella en mi mirada, cada nube de fotones, cada célula atrapada, te reclaman a la noche, te añoran en la mañana, te necesitan siempre, como el aire, como el agua, ¿con que fin ponerle trabas? ¿no es fluir lo necesario? ¿no hay que aceptar la existencia y dejar que te atraviesen como con metal caliente el alma?

Perforé las rocas viejas corazón de la montaña, desanduve los caminos y terminé en esta playa, junto al mar de la conciencia, que se abisma hasta la orilla donde habitas, amor mío, tan al lado, tan lejana.