martes, 22 de diciembre de 2015

NUNCA LLEGAMOS

Mi espera ya se está haciendo vieja como las piedras lavadas por el mar, tanto tiempo ha pasado desde que creía que iba a ocurrir lo que nunca ocurrió y siempre está a punto de pasar. Porque cuando por fin cedemos, impelidos por la pura necesidad física de satisfacer lo imparable, se levanta un telón de culpa y dolor que vuelve a golpear la balanza con mano de hierro, y el fiel cae de nuevo del lado que odio con total frialdad. 
¿Cuántas veces hemos estado ya a punto? ¿Cuántas excusas complicadas para poder aventurarnos una vez más sobre el territorio febril de la piel amada? Casi a traición, pero una traición dulce como para untar tostadas, nos toma esa mirada de conjuro, con filtro de amor y melocotones escarchados, haciéndonos tiritar de pasión si la dejamos correr libre. Y qué poco la dejamos.

Revientan las teorías a mi paso, despanzurradas como sapos en el arcén de una carretera secundaria. Al desapego le han salido sabañones costrosos después de que me ilustraras brevemente sobre el modo idóneo de anudar lenguas humedeciéndolas en el hervor de nuestros labios. Y te aceitaría detenido esas letales curvas felinas, para adentrarme en ti antes de salir de mí como algo volcánico.

miércoles, 9 de diciembre de 2015

ESTOY RARO

Aquí, en mi cueva, me doy cuenta de lo raro que se me hace a veces esta situación. Por la mañana habitualmente te levantas y, como la agenda te la hacen otros, te vas al trabajo, ves gente, comentas, sonríes o te pones serio, empatizas o no, pero te relacionas.
Ahora, desde lo del ojo, por la mañana me levanto y estoy aquí en el silencio, divagando un rato sobre qué hacer, no veo a nadie, no hablo, a veces tengo que vencer el impulso de quedarme en la cama, o de tirarme en el sofá con una manta encima todo el día.
Resulta una gran responsabilidad montarme yo mismo casi toda la agenda de actividades día tras día. Me doy cuenta de que el tiempo está en mis manos pero no doy con los resortes que me permitan gestionarlo satisfactoriamente. Supongo y espero ir aprendiendo, ya veremos.
Hay algo de culpa en mi actitud, culpa por estar "ocioso" mientras otros "producen" y el efecto colateral de esa culpa es que me siento un poco marginado. Es como si ya no estuviese en el pelotón de los "normales" como si mi camino se hubiese apartado del gran valle por donde corren todos los caminos habituales (y trillados) para internarse en las montañas, sin destino prefijado, trepando por paredes oscuras y colándose por estrechos barrancos, cerrándose sobre sí mismo o abriéndose a la vida como las alas de una mariposa caprichosa y alocada.
Las rutinas nos encadenan, pero también, al marcarnos pautas, nos descargan de prestar atención consciente a ciertas "obligaciones" para facilitar que nos ocupemos de otras cosas. Caminar por un camino ya abierto, o cruzar un transitado puente, puede resultarme menos atractivo, misterioso y retador que abrirme paso a machetazos por en medio de la selva, o nadar libre el océano, pero me permite avanzar a buen ritmo, atravesando lugares poco interesantes, o sorteando peligros que superen mi capacidad de respuesta, y llegar en poco tiempo a lugares, posiblemente mágicos, que, a golpe de machete o brazada tras brazada, tardaría media existencia en alcanzar.
Pero intuyo que hay otros lugares, seguramente los más mágicos de todos, a los que sólo llegan los que se apartan del valle central.
A ver cómo salgo yo de este lío.

miércoles, 2 de diciembre de 2015

DEJAR DE VER PARA PODER CONTEMPLAR

Advertencia: este texto lo ha escrito un pirado y está destinado a ser leído por pirados y excéntricos de la vida que no se conforman con el modo normótico y gris de existencia que parece ser que desde algún sitio nos quieren imponer. Más que nada porque si somos todos igualitos y normalizados es mucho más fácil esquilarnos las lanas, ponernos el hierro de la ganadería, o torearnos en la plaza.
************************************************************
Hola Mundo!
Hoy, hace poco más de un mes, tras una noche más bien oscura y sentida como triste, donde estuve sólo y enfermo, perdí la visión por mi ojo izquierdo. Fue un golpe muy muy duro, un impacto directo bajo mi línea de flotación, pues, a pesar de mi vis espiritual, en la que me reconozco y de la que mis escritos-divagación por este muro dejan constancia, estaba inconsciente y totalmente acostumbrado a llevar una vida muy volcada sobre el mundo sensorial, una vida activa de deportes y movilidad, de la que me sentía orgulloso, a lo que contribuía y no poco el hecho de mantenerme en una magnífica forma física y mental, no demasiado habitual en personas de mi condición, dados los años que llevo ya sobre este bendito mundo.
Sin embargo, en lo profundo de mi interior ansiaba el cambio, dentro de mí cada instante vivido acumulaba la evidencia de que necesitaba un giro a la infinita huida a alta velocidad sobre una interminable y rectísima vía en que se había convertido mi vida. Pasaban los años y no veía la forma de parar esa existencia-avalancha. No la veía, hasta que la Gran Conciencia metió su infinitamente sabio dedo en mi ojo izquierdo, el de la sensibilidad y la magia, y la fuente de la vida se abrió llenando el transparente humor vítreo de sangre, y yo dejé de ver el exterior por el ojo y sólo vi el oscuro fluido anidando en mí, vi al ojo y éste dejó de ver, y empecé, como un recién nacido, a contemplar por dentro la Vida que palpita en cada célula, el dolor y la luz que bullen en los corazones, y el sentido del "Todo somos Uno".
Hoy mi ojo físico está en vías de mejora, muy muy despacio eso sí, pero afuera las prisas de una vez. Con seguridad a esa mejora va a contribuir el tratamiento que inicio esta tarde con inyecciones intraoculares. Nuestra capacidad interna de sanación puede ser enorme, pero el Universo nos ayuda también desde lo físico con la sabiduría que todo tipo de Medicina pone a nuestra disposición.
Agradezco los dones recibidos, acepto y me rindo activamente a mi nueva condición y confío en mi completa sanación, aunque no tenga ni idea de a qué me va a llevar eso, como confío plenamente en que la Conciencia Suprema sólo desea que la pura Vida triunfe y fructifique a lo largo y ancho del Universo, y que esta Vida que es la expresión máxima de su Amor vaya conociendo su verdadero Ser, del que todo lo sometido al espacio-tiempo no es más que un precioso pero pálido reflejo. Siento cada día más que mi misión es sólo contribuir humildemente a ese triunfo y a que la Vida creada, de la que mi yo contingente de aquí y ahora forma parte, se re-conozca en la Potencia Creadora, donde habita también mi esencia imperecedera. Creo que hacer de mi vida una expresión de ese Amor puro a la Vida, y de esa búsqueda de re-conexión, es un bendito camino, un bello propósito que se me aparece como un magnífico sentido para mi existencia.
Infinitamente agradecido desde lo más hondo de mi Ser por el Amor que es el don que nos ofrece la Vida.
Amo la Vida y amo a la Infinita Conciencia que lo anima todo.
Miguel
PD. Por favor, si alguien que lee esto conociera a mi madre, que no le cuente nada, es posible que por ahora su amor maternal no le dejara ver el fondo, y siento q no está en condiciones de soportar otra carga emocional más. Gracias.