¿Sabes? siento que necesito hacer cosas que den nueva vida a mi sensibilidad. Llevo ya mucho tiempo centrado en mi trabajo. Vaya trabajo el mío, alienante como pocos, te atrapa la mente, y a la par que tú programas él te va convirtiendo a ti en otro cacharrito programable. A veces me siento como en una escena de aquellas en que los protagonistas, recluidos en una habitación de la que no pueden salir, contemplan horrorizados como las paredes comienzan a moverse, acercándose una a otra, disminuyendo implacablemente el espacio de que disponen, y amenazando con reducirlos a pulpa en muy poco tiempo. Así he empezado a sentirme yo. Pero ya conozco el antídoto: la poesía, la amistad, la danza, la belleza, la creatividad, la Naturaleza, el Amor. Me voy corriendo a la farmacia de la vida a por mi dosis, que ya va siendo hora de despertar de este letargo.
