jueves, 21 de agosto de 2014

LA CULPA

Conozco personas, a alguna de las cuales amo con todo mi ser, que viven o han vivido momentos más o menos extensos de su vida oprimidos por el sentimiento de culpa. A ellos especialmente, si así lo desean, va dedicada esta reflexión.
No sé si tú lo ves, pero a mí la Naturaleza, el Universo al completo, me parece algo descomunalmente perfecto, con sus equilibrios exactos, su ininterrumpida sucesión de causas y efectos que son causas de otros efectos, su caos que es un prodigio de orden, su simple complejidad. No hay nada que no tenga un por qué, una razón precisa e inmejorable. La inteligencia que organiza todo esto es tan increíble que si me dejo sentir me quedo paralizado de gozo y estupefacto ante algo que siento que me supera infinitamente, algo que me impone un respeto sagrado.
Entonces, yo me pregunto ¿por qué nos culpamos? ¿De dónde nace esa enfermedad del alma, la culpa, esa pérdida enorme de energía, ese salirnos de nuestro centro?
¿Acaso alguien cree de verdad que lo que hacemos podría haber sido de otro modo? ¿En serio? ¿Alguien piensa que había otra opción?  ¿Que algo falló en el Cosmos y que por eso tú diste ese paso del que ahora te culpas?¿Alguien cree que un otro él, con la misma carga genética y la misma, exactamente la misma historia personal, hubiera podido hacer algo diferente? Siento que la respuesta a todas estas preguntas es que no.
¿Significa esto que somos una especie de autómatas esclavos de las circunstancias?  Pues creo que depende. El ser humano no consciente, el que duerme el sueño de la vida normalizada y previsible, del código de conducta que intentan imponernos desde que llegamos aquí, para hacernos una masa homogénea, para controlarnos, ése sí es un robot que sigue un programa. Actúa o se inhibe porque es lo normal, o porque es su 'obligación' , o por miedo, o por culpa, que es otra forma de miedo.
Pero hay otros seres humanos que construyen su camino, porque creen en el amor, que es el infinito poder creador del Universo y saben que lo tienen muy a mano, en todos y cada uno de nosotros. Esos seres sienten que la única forma de salir de los raíles que dirigen nuestra vida, la única forma de abandonar el tedio y la insatisfacción que acechan en lo profundo, es conectando, dentro de sí mismos, con la fuerza creadora del Universo, el AMOR. Y son conscientes de que eso sólo se puede hacer en el momento que se precipita entre lo que fuimos y lo que queremos crear, es decir, en el ahora.
Yo creo mi futuro, e intento no hacerlo desde la culpa y el miedo, sino desde el libre albedrío y el amor.
¿Y tú? ¿Te permites crear? ¿Eliges la culpa? ¿O estás en el amor?
Un amoroso abrazo, hermanitos.

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