martes, 19 de julio de 2016

GLOBALIZACIÓN CRUZADA

Estoy sentado en el área de espera de salidas, del aeropuerto de Katmandú. Delante de mí otros dos viajeros. Van juntos. El de las facciones de una tribu de las montañas del Himalaya viste túnica azafrán y amarillo, lleva barba de maestro de Kung Fu de una peli de Ang Lee y se recoge el pelo en un moño monástico. El otro parece de Bristol, aunque 
podía ser de Boston o de Glasgow, x decir algo, rubio cn ojos claros, viste un modelo de camisa tourist total, lo conozco xq yo me he comprado otra, xo de manga corta y un color diferente, y cuando deja de mondarse la basurilla bucal cn su cinta dental se pone cn el rosario tibetano q lleva al cuello dale q dale a recitar una salmodia mántrica cn ojos idos y rictus de innegable devoción. El monje por su parte no deja de consultar su súper móvil última generación, q lleva guardado en un recóndito pliegue de la túnica. No reza, no medita, de vez en cuando se levanta y se va a mirar el tablero de salidas cn rostro serio y expresión ligeramente preocupada.
Cada cierto tiempo sus miradas se encuentran y se reconocen. El occidental devoto roza cn la suya la mano del tecno-monje mientras ambos emiten sonrisitas acompañadas de pequeños suspiros casi inaudibles. Brillan sus ojos tan distintos y tan semejantes.
Afuera diluvia.

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