domingo, 3 de julio de 2016

EN JAIPUR, RAJASTÁN, INDIA

Perdonadme la longitud, es la impresión.
Hoy no m aptc mucho poner fotos guay, x respeto a lo que he visto y sentido y a la dura realidad que tiene muchísima gente de este país. .
Ayer sábado llegué al aeropuerto de Nueva Delhi montado en un pedazo de avión de British Airways donde m habían dado d comer, cenar, aperitivos... Sólo había q pedir y ya, todo impoluto y preciso. Aterrizaje perfecto. Después d q m ficharan en inmigración y recibir una alegría al recuperar en perfectas condiciones el equipaje facturado, tomé un taxi, o eso decían q era, y directo a la cruda realidad. Un trayecto d casi una hora x la capital del imperio, y ahí empecé mi segundo aterrizaje. Caos, increíble el tráfico xa la hora q era, más de las dos de la madrugada, una algarabía d cláxones demencial, y el olor de la bruma contaminada de los escapes q no cumplirían ni d coña las exquisitas normas antipolución occidentales, de la basura pudriéndose x todos lados, de las aguas negras q hacen charcos en cualquier sitio. Y gente. En los coches, amontonados en motocarros tuc-tuc, comiendo en los puestos humeantes, andando x todas partes, bailando en la calle, haciendo sus necesidades acuclillados en cualquier sitio...

Dando botes en el cochecillo y agarrado a donde podía llegué a la estación. Mi madre, q panorama, cientos de personas tirados x los suelos, en sus esterillas de tela, en simples papeles, o en nada, dsd luego ricos pocos, en el hall abierto de la estación, donde a pesar de los ventiladores el aire se podía cortar en rebanadas calientes y muy muy aromáticas, hombres, mujeres, ancianos niños, una muchedumbre paciente y muy sufrida. Y menudo marco tenía la postal, creo q dsd los ingleses a estas estaciones les han hecho poquito, todo está increíblemente destartalado, y sucio lo más. Como detalle diré que de vez en cuando aparecía una rata dando saltos por en medio de la gente tirada , o colándose en la sala de espera de las upper class, q no respetan nada de nada estas ratas. En las vías había una auténtica colonia multitudinaria de estos pequeños roedores.
Y yo sin billete. Xo bueno una hora después lo tenía, y el tren q iba a salir a las 4 30 finalmente lo hizo a las 6 de la mañanita.

Había comprado un billete de la segunda clase, se supone que aquí es una buena clase , pero nuestros estándares occidentales y los de aquí no tienen nada que ver. No me quiero repetir ni parecer calamitoso , así que para resumir diré qué en la misma línea de lo contado hasta ahora. Dormí un poco en el tren y llegué sobre las 11:30 largas de la mañana a Jaipur. Un ratillo para salir de la estación , las típicas, parece, negociaciones con un taxista entre comillas qué no sabes si te va a llevar a donde le dices o a donde se le ocurra, y finalmente el hotel , q se llama Sunder Palace, y que desde luego me parece fantástico para el precio que tiene, y cn una gente súper amable.
He dado una vuelta andando por la ciudad, sin conseguir llegar a la parte monumental, que intentaré ver mañana usando los servicios de un tuc tuc . Y de nuevo lo mismo, caos d tráfico, gente, olores, insistencia continua en llevarte, enseñarte..., tengo que acostumbrarme a esto, entiendo ahora mucho mejor el flash de Buddha cuando salió de su torre dorada y se dio un paseíto por las calles.

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