Chispeante en mi quietud, felizmente triste, solo conmigo y lleno de Todo, deseo que seas inmensamente libre, que no te traigan a mí obligaciones, ni rutinas, ni tareas impuestas, ni éticas mohosas y moralidades tristes, pero que tampoco sean ellas las que nos separen con su sequedad terca y su poso de cenizas apagadas, que quiero que sea nuestro corazón, puerto abierto al océano de la vida, donde tu nave y la mía, ligeras como aves inocentes, aniden seguras hasta el fin de los tiempos, pero perfectamente aparejadas para navegar libres cuando alboree la mañana, y que sea cual sea el momento, desbordados por la intensidad, fundidos como yedra que da la vida al muro por el que trepa hacia el infinito, o remansados en la hermosura de una luna tranquila, sepamos escuchar el canto profundo del Universo, la melodía del alma amada, y nuestra propia sinfonía interior.
Todo está por hacer, siempre. Vayamos danzando a construir la vida.
https://www.youtube.com/watch?v=BCfUZWz51Ic
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