Aquí y ahora la verdad sólo está en ti mismo. No hay otra verdad válida para el ser humano que la propia. Es imposible que sea de otro modo, en el espacio-tiempo en que nos desenvolvemos no hay ningún absoluto al que aferrarse, nada objetivo, inmutable, permanentemente estático. Y si existiese, nosotros, que somos pura relatividad evolutiva, no tendríamos la capacidad necesaria para detectarlo, igual que es imposible saber si algo está en movimiento si no se cuenta con un marco de referencia conocido al que arbitrariamente consideramos estático. Así pues en nuestra versión actual somos nuestra propia referencia, plenamente subjetiva, nuestra propia regla, y nuestro propio patrón de medida. Desde luego esto no es una patente de corso para hacer lo que nos dé la gana, porque las múltiples verdades de los diferentes seres y energías entran en contacto y siempre llegan a un equilibrio, dinámico por supuesto. Si te pasas en lo que sea, la infinita fuerza equilibradora de la Totalidad te pondrá, antes o después, donde te corresponde.
En este mundo la verdad no existe per sé, sólo se construye dinámicamente a partir de la relación entre los seres y energías. Es nuestra responsabilidad, enorme y simple a la vez, que la verdad con la que nos envolvemos no constituya un arrecife de conflicto permanente para las otras verdades con las que entramos en contacto. Parece un tópico, pero el amor es la clave, la alteridad, la empatía y la compasión, entendida en el sentido budista, hacia el otro, el vínculo que acerca su verdad y la mía y nos hace compartir.
He ahí un posible objetivo vital: hacer que mi verdad y la tuya sean amorosamente compatibles, dignas de mutua confianza, acrecentadoras de la luz y la alegría de ambos, lograr que mi escucha me permita vibrar pleno conmigo, contigo, con el Universo y de este modo vivir una verdad propiciadora de la armonía y el crecimiento de los seres, una verdad que favorezca el curso de la vida.
Pd. como esto es sólo mi verdad, y no quiero que sea motivo de conflicto, te ruego que si discrepas no te cortes y nos lo hagas saber.
En este mundo la verdad no existe per sé, sólo se construye dinámicamente a partir de la relación entre los seres y energías. Es nuestra responsabilidad, enorme y simple a la vez, que la verdad con la que nos envolvemos no constituya un arrecife de conflicto permanente para las otras verdades con las que entramos en contacto. Parece un tópico, pero el amor es la clave, la alteridad, la empatía y la compasión, entendida en el sentido budista, hacia el otro, el vínculo que acerca su verdad y la mía y nos hace compartir.
He ahí un posible objetivo vital: hacer que mi verdad y la tuya sean amorosamente compatibles, dignas de mutua confianza, acrecentadoras de la luz y la alegría de ambos, lograr que mi escucha me permita vibrar pleno conmigo, contigo, con el Universo y de este modo vivir una verdad propiciadora de la armonía y el crecimiento de los seres, una verdad que favorezca el curso de la vida.
Pd. como esto es sólo mi verdad, y no quiero que sea motivo de conflicto, te ruego que si discrepas no te cortes y nos lo hagas saber.
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