lunes, 12 de enero de 2015

LA IMPORTANCIA DE LA AUTOESTIMA

Me encuentro a menudo con gente maravillosa que se valora a sí misma muy por debajo de lo que a todas luces se merecen. Es un problema muy serio, mucho más de lo que inicialmente puede parecer, porque altera de raíz la forma en que esas personas se relacionan consigo mismas y, como no puede ser de otra forma, con el resto de la Humanidad.
¿A quién le preguntarías para conocer el "valor de mercado" de un producto? Supongo que estarás conmigo, si contesto por ti, en que le preguntarías a un experto, o a un usuario de ese producto del que supones que tiene un buen conocimiento del mismo.
Pues bien, ¿quién crees que es por derecho el mayor experto en ti mismo? ¿Quién crees que es quien te conoce mejor? ¿Y qué supones que ocurre si ese experto o ese conocedor de ti mismo, es decir tú, va por ahí demostrando con sus hechos, con su manera de actuar, que "el producto", es decir tú mismo, es en realidad una cosita con un valor pequeño o incluso insignificante?
Pues eso es exactamente lo que pasa cuando tú no te quieres a ti mismo, cuando tu autoestima es baja. El mensaje que transmites con tu cuerpo, con tu postura, con tu mirada, con tu lenguaje no verbal, con tus palabras, es "Este ser no merece la pena, si acaso lo que merece es pena. Cuidado, no acercarse, o hacerlo con el único propósito de convertirse en su papaíto o en su mamaíta".
Además, si tú no te quieres a ti mismo, que eres el ser más importante de tu vida, ¿cómo puedes querer a otros? ¿Cómo puedes valorar a otros si no sabes valorar la maravillosa creación de Dios que tienes contigo a todas horas? ¿O es que si no das pie con bola en conocerte y valorarte a ti mismo lo vas a hacer mejor con ese "amor maravilloso" que se presentó en tu vida antes de ayer y del que piensas que es el sujeto más lindo del Universo?
Ésta es para mí la piedra angular de nuestras relaciones humanas. No quererse a uno mismo me parece una ofensa, inocente y triste, a la Creación, y la mejor manera de conseguir que todas nuestras relaciones estén, desde su inicio, condenadas al fracaso.
Y aunque no soy psicólogo (para eso están los del gremio de mi amiga Rebeca Torrijos), es fácil comprobar que un porcentaje muy grande de los problemas de autoestima vienen de que en nuestro interior habita un niño que no creció en las condiciones de amor precisas, un niño herido, un niño que hay que curar, que hay que atender y traer a la luz para que supere de una vez sus tremendos "problemitas" y nos permita a nosotros ser adultos y acercarnos a otros adultos como seres luminosos, maduros y completos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario