Nos pasamos la vida teniendo expectativas acerca de las cosas. Imaginamos como va a ser esto o aquello, seguramente basándonos en nuestros deseos o nuestros conocimientos
anteriores, nuestras experiencias pasadas. Yo hace mucho vi un documental de National Geographic que se llamaba "Bali obra maestra de los dioses" como casi todo lo que hace National Geographic, la isla luce en este documental como una auténtica maravilla de las maravillas. Sin embargo, cuando llegas aquí, te parece que no has salido de cualquier gran ciudad de Occidente, si bien cn un toque especial, digamos balinés. Negocios de todos tipo, bares , tráfico, luces, autovías y atascos. Todo muy poco propio de una isla virginal y paradisíaca. Y así hasta hoy, que he hecho una ruta en bicicleta de montaña por el centro de la isla y he podido ver la Bali original,
la de las junglas de cocoteros , las terrazas de arroz, y las granjas con corralitos de cerdos. Y hablando cn unos y otros he llegado a la conclusión d que los balineses prefieren la Bali comercial y próspera a la genuina y salvaje x la q optamos los turistas en búsqueda de naturaleza virginal. Otra paradoja del viajero, lo q xa nosotros es sabor auténtico, xa los habitantes del lugar es pobreza y pasarlo jodido. Sólo pedirles q lo hagan bien, q no se carguen la gallina buscando los huevos de oro.
El mundo se está globalizando a pasos agigantados, y si queremos poner a salvo algo de esta ola de homogeneización creo q sólo tenemos una opción auténtica, q no va a
chocar cn las legítimas aspiraciones d nadie, y es poner a salvo nuestro interior, nuestro paisaje interno, nuestra realidad personal. Ahí podemos estar seguros, y además, ese cambio lo va a impregnar todo, va a ir de dentro afuera transmutando gris en oro, niebla en luz, soledad en amor.
Ahora cambio de zona, m voy a Amed, playita y cocoteros. Luego, islas Gilli, más de lo mismo. Y más tarde trecking al gran volcán Rinjani, en la isla de Lombok.
Xo las ganas de volver a casa están ahí, creciendo, en mi templo particular, el de mi corazón.
Un beso.
Os dejo unas fotos.
Xo las ganas de volver a casa están ahí, creciendo, en mi templo particular, el de mi corazón.
Un beso.
Os dejo unas fotos.