martes, 17 de junio de 2014

AMAR LA VIDA

Me decían te amo mis hijas, ella, que entonces estaba cada vez más amorosa. Y las flores, porque a ver si no es una declaración de amor esa belleza que por un momento es sólo para mis ojos, y me lo decía la brisa ligera y fresca de aquella tarde andaluza, y la luz que declinaba poco a poco mostrando mil matices allá donde cielo y tierra se abrazaban, y los pájaros que cantaban de amor, y los cuervos que no cantaban pero me recordaban a las almas sabias y además tienen un precioso color azabache,  y me parece que hasta mi padre me hubiera dicho 'te amo hijo' , si no hubiese sido porque a su niño jamás se lo dijo nadie.

Así que si me amaba un pájaro, quien soy yo para no amar la vida toda, e incluso al Universo y al caos que con su violento poema de destrucción hace a la vida tan irresistiblemente bella.
Y ahora te lo digo a ti, indefinible presencia, quiero amarte porque sí, y querría amarte aunque me parecieses poco agraciada, e intentaría amarte, eso sí tendría que mirarte con los ojos del alma, incluso si creyera ver en ti un ser insoportablemente antipático y frío.
Miguel

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