domingo, 5 de febrero de 2012

Felicidad e independencia emocional


En mucha literatura de "crecimiento personal" leo aquello de que no hay que depender de los demás, que la felicidad está en nosotros mismos, que primero hay que construirse a uno mismo y luego buscar fuera si queremos establecer relaciones personales fructíferas, etc.
Creo que la felicidad no es un concepto unidimensional, hay muchas cosas en la vida que nos proporcionan momentos felices. Pretender que toda felicidad parte de nosotros es, con todos los respetos, completamente ridículo. Es como pensar que podemos especializarnos en todas las artes y saberes y autosuministrarnos, fabricándolo por nosotros mismos, todo lo que necesitamos, sin excepción, ya sea un vestido, el alimento de cada día, la música, o las matemáticas euclidianas (que ya no serían de Euclides sino de fulanito de tal -yo mismo-).
Lo que sí es cierto es que lo que hace que un momento u otro sea feliz es mi percepción de esas cosas que me crecen dentro y que me llegan de fuera. Eso sí que es completamente mío, la lente con la que veo, el discernimiento con el que aprecio, el corazón con que amo, pero no la corriente enorme que entra y sale de mí en cada momento y que me une al universo.
Personalmente no me considero una garrapata emocional, tal vez me iría más por el lado del padre protector, aunque sé que necesito mucho del alimento emocional que los otros me dan, pero a nadie le exijo que me dé, y DOY TODO LO QUE PUEDO, aunque a veces me digan que dé menos y mire más hacia mi ombligo. Pero no me parece mal depender de los demás, o es que va a ser que dependemos del aire, del agua, de los alimentos, de la luz del sol, pero no queremos depender lo más mínimo para el alimento emocional. Ésta creo que es una de las ideas que más daño está haciendo a las relaciones entre gentes de cierto nivel evolutivo: NO DEPENDER DE NADIE NI DE NADA EN LO EMOCIONAL, EN LO ESPIRITUAL. 

Creo sinceramente que si queremos felicidad no tenemos otra opción que depender, haciéndonos INDEPENDIENTES a ultranza nos hacemos PSICÓPATAS. Interdepender es de las cosas más bellas que existen, cuando la dependencia es múltiple, interrelacional, mutua, consentida. Esa es la red de vida que nos calienta el corazón, que nos da alegría, que nos hace humanos. Y sí, es un riesgo, no te jode, claro que lo es, te abro mi corazón y tú me lo puedes patear si quieres, o abrirme el tuyo, pero qué hay bueno en esta vida que no se alcance a base de riesgo.
En fin, que creo que hay que complicarse menos y AMAR la VIDA, ser positivos, buscar la ALEGRÍA, la hermosa belleza de LO SIMPLE, la PAZ, el ENCANTO DE LO CREADO.

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