miércoles, 12 de agosto de 2015

TÍRATE YA

Hasta no hace mucho, cada vez que, por ejemplo, me daba un golpe en la cabeza, o que se me caía algo de las manos, o que creía haber metido la pata emocional en mis intentos de relacionarme con alguien que me importaba, maldecía al Universo, y me autocrucificaba en un sin fin de autoacusaciones de ineptitud y torpeza. 
Esto puede parecer impropio, inadecuado, ridículo, pero es la pura verdad. Y responde, exclusivamente, a un programa que metieron en mi cabecita cuando yo era incapaz de defenderme de ello, cuando era un niño, y mis mayores, a los que respetaba y admiraba, me juzgaban y condenaban a la perpetua de los torpes.
Sin embargo, ahora, cuando me enfrento a situaciones similares, después de jurar y maldecir (que es sano soltar lastre) me digo: creencia autolimitante inconsciente, a tomar por saco.
Y eso es lo que es.
Nos tienen cogidos por donde más nos duele, pues casi todos, o todos, tenemos un catálogo enorme de sentencias inconscientes que nos limitan e impiden que florezcamos y brillemos como lo que somos, seres de luz, guerreros del amor y la libertad.
Los putos límites están ahí, ocultos, agazapados, acechando la menor debilidad para surgir y golpear sin misericordia.

No sé por qué ha tenido que ser así, juro que ahora que soy padre tengo un cuidado infinito en no transmitir esa siniestra cadena de descalificaciones, pero cada día me sorprendía a mí mismo cayendo en el pozo oscuro de la autoflagelación y autoinvalidación, y también lo veía y lo veo en los demás, y no en los más débiles o peor dotados, sino en casi todos.
Pero creo que ya va siendo hora de que rompamos esas cadenas invisibles, porque todos tenemos derecho a volar libres, a alcanzar las estrellas, a sentirnos plenos, capaces y poderosos, a brillar como soles, TODOS.
¿Suena a tópico? Pues quizás, pero considera el tema por un minuto, plantéate: ¿ no brillo porque el fuego no crece en mí, o porque lo oculto con ese maldito bagaje de frustraciones que me han transmitido a lo largo de mi existencia ?
Jugar fuerte tiene un riesgo, es cierto, la intensidad, la pasión, la emoción cruda son jodidas, porque a veces los resultados que obtienes no son precisamente los que esperabas, pero yo desde luego lo prefiero a revolcarme indefinidamente en el tibio cieno de la mediocridad. Tírate nene, lánzate nena, déjate de "no puedo, no puedo", porque si quieres puedes, y aunque exista la posibilidad de dejarte los dientes en el intento, el gustazo que da conseguirlo no tiene parangón con nada en esta vida.

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