
Elementales que susurran callados himnos adhiriéndose al flujo del tiempo en nuestros corazones. Hiedra anudada a los muros del viento, troncos caídos, árboles gigantes que invaden los viejos templos, y en el antiguo patio de las ofrendas, un ejército de hadas invocando a los dioses eternos, y al frente tú, mi hada, Delphine.
Un abrazo como hiedra anudada a tu pecho.
Este año que comienzas cuenta tú también conmigo, hermana del alma, te quiero.